Akira Toriyama en los videojuegos: más allá de ‘Dragon Ball’

marzo 8, 2024
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El fallecido artista japonés se desmarcó de Dragon Ball, pese a los cientos de juegos de la franquicia que incluyeron sus diseños, con maravillas como Dragon Quest o Chrono Trigger. Por Manuel Sánchez Gómez.

Dragon Quest

Suena a perogrullada, pero una gran mayoría de la población japonesa conocerá a Akira Toriyama por Dragon Quest y no por Dragon Ball. Muchos japoneses asocian al artista de manga y anime por el «limo» azul, que podría competir en popularidad con Pikachu, antes que por Goku. Y nadie puede culparles.

Dragon Quest, franquicia nacida en 1986, fue y es tan popular en Japón que creó una leyenda popular que a día de hoy muchos siguen tomando como cierta. Sus juegos, que han pasado desde la NES hasta las consolas actuales, paralizaban al país, hasta el punto de que se extendió la creencia de que el Gobierno japonés intervino, sacó una ley y obligó a Nintendo y Enix -aún desligada de Square- a variar la fecha de lanzamiento de los jueves a los sábados para evitar que los niños faltaran a la escuela y se quedaran en casa jugando a este RPG.

Esto, por desgracia, es falso, y fueron las propias compañías las que decidieron mover la fecha al fin de semana para que el problema de la ausencia escolar no fuera a mayores.

Dragon Quest, el éxito durante 40 años

Para la salida de Dragon Quest, Toriyama ya llevaba una década dibujando el manga de Dragon Ball en la revista japonesa Weekly Shonen Jump y la serie era un éxito mundial que se expandiría por los cinco continentes e impactaría en las vidas e infancias de millones de personas.

Enix, en 1985, tomó el ejemplo de los juegos de rol de ordenador y lo trató de trasladar a la consola del momento, la Famicom (o NES en occidente). Para ello, la compañía japonesa confió en Yujii Horii como diseñador, Koichi Nakamura, como director, Koichi Sugiyama, como compositor de la banda sonora, y en Toriyama como diseñador.

Toriyama ya había participado con sus dibujos en el mucho más desconocido Famicom Jump II: Strongest Seven, pero no fue hasta Dragon Quest cuando se proyectó a la fama también en las consolas.

El diseñador basó su arte para este videojuego en lo ya conocido en Dragon Ball y es difícil no ver reminiscencias de lo ocurrido en la historia de Goku cuando se mira al héroe, protagonista de la saga Dragon Quest, y a los enemigos y personajes secundarios del juego. La frase «cualquier personaje de Dragon Quest podría ser Trunks» no es del todo mentira.

Con más de 90 millones de copias vendidas y una saga que se ha expandido a lo largo de once entregas principales y decenas de secuelas, Toriyama se ha encargado de los diseños de los personajes desde el día uno y los ha dotado de una personalidad y un reconocimiento que han conseguido que un juego de rol medieval y basado en turnos siga vigente a día de hoy y pueda competir de tú a tú con otros exponentes del género que han evolucionado hacia la acción como Final Fantasy.

Chrono Trigger, la gran reliquia

Toriyama, ya una referencia mundial, pudo conformarse con la fama de Dragon Quest y Dragon Ball y concentrar sus esfuerzos ahí, pero decidió abrirse a otros proyectos y no fallar en el intento. El resultado más conmovedor e importante para la industria fue Chrono Trigger, que llegó a Super Nintendo en 1995. Dos años antes del famosísimo Final Fantasy, Square juntó a Horii en el guion y a Toriyama en los diseños para dar a luz a un juego que sigue vigente a día de hoy y que tocó temáticas y mecánicas innovadoras para la época, como los viajes en el tiempo o la inclusión de diferentes finales basados en decisiones.

Para el recuerdo queda el mensaje final que Toriyama dejó al final de Chrono Trigger. En uno de los finales, el jugador podía encontrarse en una sala con los creadores del juego y Toriyama aprovechó la ocasión para dirigirse a sus hijos: «Hey! Sasuke! Kikka» Papá está trabajando en juegos como este. ¿Lo estáis viendo? ¿No es genial?», dijo el artista a Sasuke, por entonces de siete años, y Kikka, de cuatro.

Para cerrar el ‘hat trick’ de joyas de Toriyama, la más escondida es Blue Dragon, lanzado en Xbox 360 en 2006 y que, pese a contar con la participación de Hironobu Sakaguchi, no alcanzó el éxito de Dragon Quest y Chrono Trigger y fue castigado por la crítica por seguir anclado en las mecánicas de los RPGs de los 90.

Toriyama también hizo incursiones en los juegos de lucha, con los Tobal de PlayStation 1 y, cómo no, ha participado en varios juegos de Dragon Ball. Su primer acercamiento a la saga en los videojuegos fue en Dragon Ball: Shenlong no Nazo, en 1986, y no fue hasta Dragon Ball FighterZ, quizás el mejor de la franquicia, cuando volvió a crear un personaje exclusivamente para el juego, con el Androide 21.

Fallecido a los 68 años, su legado seguirá en el futuro en cada videojuego que involucre a Dragon Ball y Dragon Quest y en el pasado, con joyas como Chrono Trigger, más que disfrutable hoy en día.