Little Arrow Games es un joven estudio nacido a principios de 2022. En su primer y alabado título, Manitas Kitchen, los jugadores deben hacer que Trexito, un T-Rex de bracitos cortos, se convierta en un gran pizzero. Por Carlos Aguilar Sambricio

Para participar en nuestra serie de entrevistas a desarrolladores españoles que nos permitan tener una panorámica de la industria, hablamos con su productora, Alicia Arraez.
¿Cómo ves la situación en general y la de los desarrolladores indies en particular?
Sin duda, la industria del videojuego ha experimentado muchas tensiones este año, desde la incertidumbre económica hasta los cambios en los hábitos de consumo.
Para los estudios indies, la situación es especialmente complicada porque dependemos de un mercado saturado y muy competitivo.
No obstante, también veo que hay una comunidad cada vez más fuerte en España, con desarrolladores talentosos que apuestan por ideas frescas y creativas. Lo que necesitamos es visibilidad y más oportunidades para que nuestras propuestas lleguen al público.
¿Cuál crees que es el mayor reto actualmente para los devs?
El mayor reto es la sostenibilidad a largo plazo. Crear un videojuego es una inversión enorme de tiempo, dinero y esfuerzo, pero la recompensa no siempre llega de forma inmediata, ni siquiera garantizada. Además, lidiamos con la necesidad de destacar en un mercado global que está dominado por grandes compañías con recursos inmensos.
También añadiría la dificultad de equilibrar la calidad del producto con las limitaciones de presupuesto y tiempo, algo que puede desgastar mucho a los equipos pequeños.
¿Con qué problemas de financiación os encontráis en estos momentos?
El acceso a la financiación sigue siendo un obstáculo importante. En España no es fácil encontrar inversores que confíen en los videojuegos como industria rentable, especialmente en el sector indie. A menudo recurrimos a campañas de crowdfunding, pero estas también implican un riesgo porque necesitas ya una base de seguidores interesados antes de lanzar.

Además, los avances en plataformas digitales han incrementado los costes en marketing, lo que hace que tengamos que buscar aún más recursos para competir.
¿Qué medidas de apoyo por parte de las instituciones públicas crees que son necesarias?
Creo que lo primero sería reconocer al videojuego como un sector cultural clave, al mismo nivel que el cine o la literatura. Esto abriría la puerta a subvenciones más accesibles, programas de formación y una mayor promoción internacional de los proyectos españoles.
También sería crucial fomentar los espacios de incubación y aceleradoras para estudios indies, además de crear incentivos fiscales que permitan a los inversores apostar por nuestra industria. Por último, una plataforma centralizada que conecte a desarrolladores, publishers y distribuidores sería un gran apoyo para impulsar nuestras creaciones.