Troglobytes Games es un estudio situado en Barcelona que causó sensación con su primer juego, HyperParasite. Desde entonces ha sacado otros como Blind Fate: Edo no Yami, The Kindeman Remedy y, en breve, RailGods of Hysterra, además de hacer de publisher para otros estudios. Por Carlos Aguilar Sambricio

Hablamos con su CEO, Saverio Caporusso, para hablar del estado de la industria del videojuego.
¿Cómo ves la situación en general y la de los desarrolladores indies en particular?
A nivel global, la industria del videojuego ha sufrido un golpe muy fuerte como consecuencia de los cierres de producciones y las desinversiones significativas.
Aunque la industria indie se caracteriza por ser más ágil e innovadora, también enfrenta dificultades colaterales debido a la escasez de capital.
Esta situación probablemente persistirá hasta que se inyecten capitales y se alcance un escenario de mayor estabilidad y normalización.
¿Cuál crees que es el mayor reto actualmente para los devs?
El reto sigue siendo el mismo: comprender a fondo el mercado de Steam, incluso mejor que los propios publishers.
Muchos desarrolladores comienzan a crear juegos sin considerar los múltiples factores que diferencian un juego exitoso de otro que no llega a vender ni 10 copias, debido a errores básicos.

Otro error común es no entender que es necesario adquirir experiencia desarrollando juegos sostenibles.
¿Con qué problemas de financiación os encontráis en estos momentos?
Como ocurre con muchos otros desarrolladores, el principal problema es no contar con un músculo financiero sólido para lanzar juegos de distintos tamaños y aprender cómo funcionan.

¿Qué medidas de apoyo por parte de las instituciones públicas crees que son necesarias?
En general, las instituciones públicas deberían estar mejor informadas sobre las necesidades de los estudios, con el objetivo de diseñar ayudas específicas para distintas plataformas (Mobile, PC, Consolas) y/o según el tamaño de los estudios (AAA, AA, II, Indie).
Sin ánimo de fomentar el conocido ‘gatekeeping’, algunas ayudas públicas deberían destinarse exclusivamente a estudios indie que ya hayan lanzado algunos juegos y/o recibido formación en aspectos clave como el mercado, las expectativas de ventas, el marketing y otros temas fundamentales de la industria.