'Dune: Parte 2' (imagen cortesía de Warner Bros. Pictures)

Crítica ‘Dune: Parte 2’: Un espectáculo deshabitado

abril 3, 2024
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Uno de los estrenos más esperados del año ha sido la secuela de Dune (2021), dirigida por Denis Villeneuve, que adapta los dos primeros tomos de la colección de seis novelas escritas por Frank Herbert, configurando así una épica trilogía que culminará con ‘El mesías de Dune’. Por Belit Lago

‘Dune: Parte 2’ (imagen cortesía de Warner Bros. Pictures)

En 2010, el director canadiense arrasaba en los Premios de la Academia Canadiense, conocidos popularmente como los Genie, con la fascinante Incendies, nominada al Oscar a mejor película internacional y que salió triunfante del Festival de Toronto (mejor película canadiense) y la SEMINCI (mejor guion).

La que para muchos sigue siendo la mejor producción de Villeneuve indagaba en las profundidades de la psique humana, ofreciendo una obra maestra contemporánea que dejaba al espectador sin aliento. Una reacción similar a la que vivimos tras enfrentarnos a Dune, y que Dune: Parte Dos recupera con acierto.

Pese a haber olvidado la mayoría de acontecimientos de la primera parte, mantenía intacta en la memoria la sensación que me dejó el estreno de Dune. Desde la primera fila de una de las mejores salas españolas, la del Phenomena, atendí perpleja a las peripecias visuales que ofrecía el universo de Herbert interpretado por el director de La llegada (2016). La experiencia inmersiva, subrayada por la música envolvente de Hans Zimmer y la hipnótica fotografía de Greig Fraser, presentes también en la secuela, dejó noqueado a un público que ha esperado con ganas retomar el árido viaje de la familia Atreides, tras un fatídico punto y seguido desde donde empieza inmediatamente la segunda película.

‘Dune: Parte 2’ (imagen cortesía de Warner Bros. Pictures)

Después de la muerte de Leto, su hijo Paul deberá inmiscuirse en la tribu de los Fremen acompañado de Lady Jessica, convertida en Reverenda Madre tras ingerir el agua de la vida y revivir todos los dolores de la orden femenina Bene Gesserit. Frente a la absoluta convicción de Stilgar sobre la naturaleza mesiánica del joven Atreides, ahora conocido como Muad’Dib, Chani, con más protagonismo en esta segunda cinta, resistirá al fanatismo religioso que proclama la mitad de su comunidad y se mostrará escéptica ante la llegada del presunto profeta. Los Harkonnen, con Feyd-Rautha como nuevo líder, sobrino del barón Vladimir, insistirán en su afán de colonizar Arrakis con el fin de obtener el poder que todos ansían, controlar la producción de la preciada especia que únicamente crece en el desierto, dando lugar a algunas de las batallas más impactantes del metraje.

Se asoman nuevos personajes en esta segunda parte: el mencionado Feyd-Rautha, increíblemente interpretado por un sádico Austin Butler en uno de sus mejores papeles hasta la fecha; la princesa Irulan, hija del emperador Shaddam IV, llevada a la pantalla por Florence Pugh, cuyo enlace con Paul podría significar su futuro como emperador; y el pequeño rol de Léa Seydoux como Lady Margot Fenring, que asegurará el linaje de los Harkonnen quedando embarazada de su heredero.

Dune: Parte Dos propone un nivel más en el desarrollo del protagonista, que si bien dudará de su papel como salvador, se valdrá del entusiasmo de buena parte de los Fremen para alimentar su ambición y aprovechar la oportunidad para convertirse en líder del clan, haciendo hincapié en la contradicción interna del ser humano.

‘Dune: Parte 2’ (imagen cortesía de Warner Bros. Pictures)

Con una narrativa dedicada principalmente al entrenamiento del héroe, como significaría El imperio contraataca (1980) de la saga Star Wars para Luke Skywalker, este filme intermedio sigue apostando por una construcción brillante del aspecto visual y sonoro, dejando en un segundo plano el poso emocional de unos personajes más bien planos.

Villeneuve presenta un relato de sensibilidad inerte que no aporta grandes sorpresas en su clásica trama, pero que sigue ofreciendo una experiencia espectacular para un público que disfruta con el virtuosismo técnico de las colosales superproducciones de Hollywood.