'Puñales por la espalda 2' (Netflix). La primera fue un gran éxito en salas. Después ya fue adquirida por Netflix y se perdió para la exhibición.

¿Debería repensarse Hollywood?

junio 26, 2024
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Hollywood está en crisis. En los últimos años se ha puesto el acento en las salas de cine, en las plataformas y los hábitos de consumo. Pero eso ha evitado hablar de otras cuestiones probablemente mucho más importantes para explicar la taquilla: ¿Por qué Hollywood hace tan pocas películas? ¿Por qué no hay ya casi presupuestos medios? ¿Por qué hay tan poca variedad de géneros? ¿Por qué se ha dejado de confiar en las estrellas? Quizás las claves están más en el modelo productivo que en la batalla con otras alternativas de ocio. Por Carlos Aguilar Sambricio

‘John Wick 4’ (Lionsgate). El cine de acción de índole clásico ya no se lleva. Esta saga, que tantos buenos réditos está dando, es una excepción.

En la charla con David Rodríguez de Comscore que hemos publicado hace unos días, incidimos en algunas de las preocupaciones de la situación actual del cine. En este artículo me voy a centrar en un aspecto que él menciona, que es clave en estos momentos y que debería hacer reflexionar a Hollywood.

Rodríguez argumentaba que los malos datos de taquilla de este 2024 estaban vinculados a la falta de grandes estrenos de Hollywood, una carencia en parte derivada de las huelgas del año pasado.

El caso es que si la recuperación de las salas estaba siendo muy lenta la razón era, principalmente, la misma: ausencia de suficientes títulos comerciales de gran potencial de taquilla.

El fracaso de blockbusters como Furiosa o el desgaste notorio del modelo de película de superhéroes de Marvel debería ser una oportunidad para repensar el modelo productivo de Hollywood.

Desde hace ya tiempo, puesto que no es una cuestión inherente a la pandemia o las huelgas, Hollywood produce y estrena menos películas pero más grandes. Esta tendencia se fue fraguando con el auge de las plataformas. Fueron muchos los expertos, o los protagonistas de la industria, que apuntaban que en las salas de cine el modelo de películas sería binario: o grandes blockbusters o pequeñas películas de autor.

Hacia ahí se dirigió la industria. Se ignoraron las películas de presupuesto medio y al público adulto (sobre todo a aquel que no es consumidor de cine arthouse), y se dejó todo este espacio a los streamers, ya fuera con series —y esa tan cacareada ‘edad dorada’ (ya extinguida hace años)— o con películas.

Los ejecutivos de Hollywood creían que hacían lo más seguro pero, en realidad, estaban llevando a la industria a un escenario de mayor riesgo. Creían que apostar por IPs ya plenamente consolidadas (a través de secuelas, spin-offs, remakes y reboots) minimizaría el peligro y, al hacer las películas cada vez más gigantescas, los streamers no podrían competir en valores de producción.

‘Five Night at Freddy’s’ (Universal). El cine de terror marca el camino. Cine de presupuesto reducido pero que puede despertar mucho interés del público.

Pero no tuvieron en cuenta todas las variables. En primer lugar, mientras han hecho eso, también han jugado con la creación de sus propias plataformas y la destrucción de los ventanas cinematográficas, hechos que han creado una confusión brutal en el espectador, que en última instancia, piensa que la película que le interesa estará pronto en VOD.

Por otro, la saturación de películas nada originales y con un modelo tan similar ha provocado un agotamiento en la audiencia. Si haces menos películas, y además siguen unos pocos patrones, la diversidad se resiente y no solamente pierdes espectadores por esa falta de pluralidad sino que incluso el público objetivo acaba por no sentirse motivado frente a propuestas nada desafiantes.

Dicen que es un error poner todos los huevos en la misma cesta. Y eso es lo que ha hecho Hollywood. Ha creado monstruos de 200 millones de dólares de presupuesto que normalmente no generan el impacto que en un momento pudieron tener y eso ha generado una enorme incertidumbre, al tiempo que reducían la oferta a sus clientes (fomentando la pérdida del hábito de asistencia a los cines) y desatendían el suministro a los cines., pilares de la supervivencia de Hollywood.

‘Estafadoras de Wall Street (STX). Este tipo de películas tampoco se hace prácticamente. Este film tenía presupuesto de 20 M y recaudó a nivel global 157.

Porque esa es otra. Hollywood debe entender que es lo que es gracias a las salas de cine. Durante la pandemia realizó experimentos (fallidos) en los que, en última instancia, parecía querer ningunear la gran pantalla buscando alternativas. Los intentos fracasaron pero las salas todavía sufren de un sensible desabastecimiento por culpa de la política de producción de Hollywood.

Es común en las redes sociales que haya usuarios que recuerden los rankings de taquilla de hace 30 o 40 años, épocas en las que lideraban las listas películas como las que ya casi no se hacen en Estados Unidos. Está claro que el mundo ha cambiado pero es que Hollywood ha dado un giro tan grande que es irreconocible.

Y no hace falta fijarse en épocas pretéritas. El cine de terror demuestra año tras año que es posible hacer cine comercial de presupuestos contenidos y que alcancen públicos mayoritarios. El año pasado, por ejemplo, Five Night at Freddy’s consiguió una recaudación global 291 millones de dólares (de los cuales $137 M fueron en EE.UU. y Canadá). Su presupuesto de producción: 20 millones.

Las dos últimas películas de la saga John Wick, un cine de acción que Hollywood ha abandonado en términos generales, se movieron en presupuestos entre los 75 y los 100 M, que en el contexto actual no es demasiado, y recaudaron 327 M y 440 M respectivamente.

Otro género abandonado es el del misterio y Puñales por la espalda demostró hace unos pocos años que había ganas de ese tipo de cine de tamaño medio. Casualmente, la saga acabó en Netflix y dejó de ser un activo para la gran pantalla.

‘Puñales por la espalda 2’ (Netflix). La primera fue un gran éxito en salas. Después ya fue adquirida por Netflix y se perdió para la exhibición.

El año pasado un drama-biopic de un científico, Oppenheimer, rozó los 1.000 millones de dólares a nivel mundial. No era una película barata (100 M) pero perfectamente se podría haber hecho por menos dinero y, de todos modos, lo importante de este ejemplo es el apetito del público por propuestas que se supone que ya no se llevan.

Podríamos seguir y seguir con otros géneros, como las comedias, o más específicamente, las comedias románticas. O los dramas románticos. ¿Qué fue de todos ellos? ¿Os acordáis?

El hueco que han dejado las majors tampoco ha sido ocupado por pretendientes. Algunas empresas como Neon, A24 y STX han tenido algunos buenos casos de éxito y hay que alabar su irrupción pero no son capaces de impulsar el tipo de cine que lleva de manera continuada y masiva al público a las salas.

Y las perspectivas de fusiones siguen ahí. Tras la adquisición de Fox por Disney, estamos a la expectativa de lo que pueda pasar con Paramount. En cualquier caso, cabe pensar que haya más fusiones y el resultado sean todavía menos títulos producidos.

¿Pero se plantea Hollywood algún cambio? Parece que no. O no al menos en los términos que en este artículo se reivindica: más películas, de menos presupuesto, más variadas y confiando en el star-system. Un tipo de película, por mencionar algo que está por venir, como La trampa (Trap) de M. Night Shyamalan, un cineasta que curiosamente, tras sus descalabros con blockbusters, volvió a encontrarse con películas de 10-20 millones de dólares.

No parece que ese vaya a ser el camino. Donde sí ven posibilidades es en la Inteligencia Artificial, a pesar de los problemas que tuvieron el año pasado con las huelgas de guionistas y actores, que tuvieron mucho que ver con ello.

Shyamalan tuvo malas experiencias con los blockbusters y es con películas de presupuestos pequeños o medios cuando se ha reencontrado y logrado grandes beneficios. Su próximo film, ‘La trampa’, es muy esperado.

Hace escasas fechas, en un encuentro con inversores, el CEO de Sony Pictures, Tony Vinciquerra, fue el primero en reconocer que su principal objetivo es utilizar la IA para reducir costes de producción.

En dicho evento, el ejecutivo señaló que el mayor problema de Hollywood en la actualidad es el alto coste de hacer películas. Es decir, en su opinión, es una cuestión laboral.

Es un diagnóstico equivocado. Al menos tal y como lo plantea. Es cierto que las películas que hace Hollywood son demasiado caras pero es porque la estrategia de producción es absurdamente faraónica. Sustituir el trabajo que hacen personas para que lo haga una IA, al margen de denotar una más que dudosa ética, refleja una huida hacia adelante. Se pretende hacer las mismas cosas que no están funcionando y, además, peor, porque es evidente que la utilización de la IA, a no ser que se utilice para cosas nada creativas, desemboca en mediocridad.

El problema aquí no es si IA sí o IA no, sino que se están buscando soluciones en los sitios equivocados. Hollywood no debería buscar la salida en la tecnología sino en su Historia, en modelos que durante 100 años fueron exitosos y que, cuando todavía se confía en ellos con el conveniente lavado de cara, siguen siéndolo.