El impacto de la COVID en las producciones audiovisuales

diciembre 27, 2022
por

Los tiempos de pandemia y restricciones supusieron un reto para el conjunto de la sociedad, por lo que el medio audiovisual no fue una excepción. Elaboramos la radiografía del impacto del COVID en los rodajes. Por Trini Fernández Cordero, Fundadora de Nurse on Set. Personal y equipo sanitario para el audiovisual.

Reportaje sobre COVID en el Audiovisual

Como en tantos otros sectores, la actividad debe continuar adaptando el sistema de trabajo y adoptando todas las medidas necesarias para minimizar el impacto del COVID en los rodajes. Tanto para el equipo organizativo, como para empresas de servicios sanitarios el reto ha sido mayúsculo. La necesidad de mantener el ritmo tanto como fuera posible respetando los espacios y restringiendo los contactos ha supuesto un desafío para el ingenio, la paciencia, la capacidad de organización y el buen hacer de todo el personal implicado como equipo.

Todos sabemos que los rodajes en sí ya suponen un esfuerzo titánico para todos. Para los sanitarios que se ocupan de la prevención y la protección de la salud de actores y miembros del staff, también.

Pero en esos meses fueron el culmen de la adaptación. Tanto enfermeros como gestores y demás miembros del equipo de toda empresa relacionada con el sector realizaron un ejercicio de superación y actualización constante a fin de ofrecer las soluciones más eficientes para cada necesidad.

Las primeras semanas fueron un poco caóticas. Nadie sabía qué ni cómo hacer para simplificar: había que hacer tests de antígenos, pruebas de PCR, tomar temperaturas y marcar distancias a la misma vez que debíamos mantener el orden, la calma y lo más importante en este mundo nuestro: los tiempos. La figura del enfermero en el set de rodaje de cualquier tipo se convertía en la figura de autoridad al respecto: quién mejor que un sanitario para vigilar el cumplimiento de normas, especificaciones e instrucciones.

Evidentemente, la presión ejercida sobre el profesional para que hiciera el papel de policía en este caso era excesiva. Nadie puede trabajar concentrado en su tarea como enfermero, ya sea tomando muestras, temperaturas, vendando un tobillo o llevando a cabo un chequeo general, mientras debe vigilar que personas adultas cumplan una serie de normas impuestas por el bien general.

Cada profesional debía atender a sus responsabilidades. En el caso de los enfermeros, asegurarse de que la posibilidad de contagio quedara reducida a mínimos además de seguir atendiendo las necesidades propias de un rodaje cualquiera. Para todo lo demás nacía la figura del “Covid coordinator”: Un productor, auxiliar de producción o similar al mando del barco de la prevención contra el dichoso bicho. Esta figura ha sido el lazo imprescindible entre staff, talents, enfermeros y gestores para que el resultado del trabajo de todos haya sido impecable. Había que gestionar la compra de tests, la contratación de servicios de enfermería, los EPIs (equipos de protección individual como mascarillas, guantes, pantallas faciales, batas…) geles, desinfección de superficies, de enseres, de espacios…

Las reglas se reinventaban y se readaptaban casi a diario: ahora mascarillas para todos; ahora sólo en interiores; ahora tanto dentro como fuera; ahora no es necesario… El estrés de no omitir nada o de no saltarse ninguna norma ha tenido al equipo profesional sanitario en vilo durante meses.

Afortunadamente, en este país contamos con un elenco excepcional de profesionales comprometidos con su labor y siempre atentos al bienestar ajeno.

Todos pasamos por las manos de, al menos, un enfermero en esos meses para someternos a alguna de las pruebas preventivas o diagnósticas. La necesidad de seguridad en un entorno tan cambiante, dinámico y repleto de imprevistos y “últimos minutos” como es el sector audiovisual estaba por encima de todo.

Todos y cada uno de los componentes de este puzle nos convertimos en los reyes del “sobre la marcha”: Cambios de última hora en los horarios; vuelos retrasados o suspendidos, talents que dieron positivo y no podían viajar ni actuar, miembros del equipo de baja laboral por cuarentena…¡Madre mía!

¡Qué capacidad de improvisación la nuestra! Sin contar con que el equipo sanitario, normalmente siempre a mano para pequeños incidentes de rodaje como torceduras, golpes, cortes o mareos, tuvo que convertirse en poco menos que expertos virólogos amén de psicólogos capaces de despejar las dudas y calmar los ánimos entre los miembros de un rodaje o de un shooting fotográfico donde los participantes no tenían muy claro qué esperar, cómo protegerse o cómo actuar ante la sospecha de una infección.

Recordemos que, hasta ese momento, la inmensa mayoría de nosotros no había tenido que enfrentarse en la vida a nada parecido. Los medios desinformaban tanto como informaban; la opinión pública creaba confusión y alarma y la información veraz y contrastada se camuflaba entre el bulo y los dimes y diretes generalizados.

Pero, a pesar de todo lo mencionado: el estrés, las dudas, la sobrecarga de trabajo y la incertidumbre, el trabajo salió adelante. El mundo de la ficción continuó rodando sus series y películas a pesar del el impacto del COVID en los rodajes y los publicistas pudieron lanzar sus campañas en los mass media. Claro que sufrimos algún revés que otro, algunas cancelaciones, algunos retrasos y muchos dolores de cabeza, pero nadie podrá decir nunca que no pusimos los unos y los otros todos los esfuerzos en seguir trabajando a pesar de las condiciones.

Podemos estar orgullosos del papel desempeñado por el trabajo en equipo, la coordinación, la profesionalidad, la vocación y el saber hacer de todos y cada uno de los que componemos este increíble batiburrillo es que el Mundo Audiovisual (así, con mayúsculas).

Y no olviden que cuidarse uno mismo es cuidar a los demás. Salud.