Un género de videojuegos ha brillado en el último año gracias a una mecánica inverosímil, pero idónea para la sociedad actual: jugar, pero no mucho. Por Manuel Sánchez Gómez.
No serán ni uno, ni dos, ni tres los jugadores que miren a su biblioteca de Steam y observen con un punto de vergüenza el número de horas jugadas a Cookie Clicker. ¿Por qué? Porque es un juego que consta de una galleta gigante en la que hacer click para generar más galletas. El objetivo es hacer más galletas y comprar mejoras para poder tener más galletas. No hay final, solo «cocinar» más galletas. Esta clase de juego, conocidos como «idle» o incrementales, son difíciles de explicar para alguien que no los haya probado o no esté interesado en ellos, pero suponen una especie de droga para aquellos a los que les gustan.
La mecánica de estar horas delante de un ordenador simplemente haciendo ‘clicks’ en una galleta para ver aumentar los números y conseguir logros puede ser surrealista, pero tiene un público más que amplio, como demuestra el título de las galletas, que acumula más de 2 millones de ventas, está activo desde 2013 y suma 60.000 reseñas en Steam. De hecho, no son pocos los que utilizan un programa «autoclicker» para no tener ni que realizar el esfuerzo con el ratón y optimizar el tiempo.
Es por esto que no sorprende el éxito que tuvo Vampire Survivors en 2022. Este juego llevó la mecánica incremental a un nuevo punto. No de manera primeriza, puesto que el primer ‘survivors’ (como se conoce a este subgénero) se remonta a 2003 con Crimsonland, pero sí adaptado a los nuevos tiempos y con mecánicas para enganchar al jugador y obligarle a hacer algo más que ver crecer un imperio galletero.
Así, Vampire Survivors pone al jugador en un escenario infinito que recorrer, con ataques automáticos y con la única tarea de sobrevivir treinta minutos recogiendo experiencia y escogiendo armas y mejoras con las que construir una ‘build’ competente. Es decir, añade a los ‘idle’ la opción de esquivar y de construcción de ‘runs’. Gamifica un punto más un género hecho para jugar en segundo plano, pero manteniendo esa esencia.
Mientras para un God of War, por ejemplo, necesitas el 100 % de tu atención, los ‘survivors’ permiten compaginar el juego con otras actividades, perfecto para la sociedad actual, incapaz de ver un vídeo de más de un minuto sin perder la capacidad de atención.
ARMY OF RUIN, UN SURVIVORS ESPAÑOL
«Creo que sus puntos fuertes encajan bastante con el ecosistema de jugadores actual: Son juegos accesibles, que pueden dejarse en segundo plano o jugarse sin pensar mucho, por ejemplo mientras se ve a un streamer o se espera a encontrar partida en otro juego», explica Alejandro González, de Milkstone Studios, estudio español (localizado en Oviedo) responsable de Army of Ruin, uno de los mejores ‘survivors’ del último año.
«Además, aunque son en general sencillos, promueven la experimentación de diferentes combinaciones de equipo/personajes y recompensan muy a menudo al jugador, tanto con mejoras de poder como simplemente el efecto visual de ver cómo nuestro personaje derrota a centenares de enemigos en segundos».
Desde el punto de vista psicológico, es fácil asociar estos juegos con las máquinas tragaperras. Muchas luces, recompensas constantes, estímulos recurrentes, sensación constante de progreso y victoria… Sin embargo, los ‘survivors’ son juegos baratos (Vampire Survivors cuesta 5 euros y Army of Ruin está en 8 euros), sin microtransacciones y que no se adhieren a las tendencias de pases de temporada y dlcs de la industria actual.
Según Alejandro González, son tres las claves que caracterizan a este tipo de juegos:
– Controles y jugabilidad extremadamente sencillos, no pasando de movimiento y un par de botones, y dificultad relativamente baja.
– Elementos ‘roguelike/roguelite’, o similares, para ofrecer mejoras de poder durante la partida (y normalmente también entre partidas) a un ritmo adecuado.
– Gran cantidad de enemigos a los que derrotar, normalmente con comportamientos sencillos y predecibles.
LOGROS, LOGROS Y MÁS LOGROS
Brotato, Hails of Torment, 20 Minutes Till Dawn y Death Must Die son algunos de los ejemplos que han proliferado en los últimos meses y que han sabido ganarse su hueco de mercado especialmente en ordenadores. Para tratar de enganchar al jugador lo máximo posible, lo habitual es que ofrezcan una larga lista de logros a completar, varios escenarios, diferentes personajes y múltiples sinergias.
«Recompensar las acciones del jugador es algo importante en casi cualquier tipo de juego, y en este género tan sencillo, aún más. Es, de hecho, el principal problema del género en cierta manera, ya que las recompensas deberían ser originales, tanto visualmente como a nivel de ‘gameplay’, muy habituales, y a ser posible ofreciendo algo de sinergia entre diferentes selecciones. Esto implica la necesidad de ofrecer una gran cantidad de contenido para mantener a los jugadores interesados, ya que en el momento en el que se queden sin cosas que probar o hacer, es probable que pierdan el interés rápidamente, debido a la extrema repetitividad de este tipo de juegos», manifiesta González.
AJUSTAR LOS JUEGOS AL MULTIJUGADOR, RETO PARA EL FUTURO
En el caso de Army of Ruin, desde Milsktone admiten que su título no iba encaminado tanto a innovar, sino a pulir la fórmula: «Detectar los puntos más ásperos de este tipo de juegos (como puede ser la evolución de armas, las condiciones de desbloqueo obtusas o el desequilibrio de distinto equipamiento) y mejorarlos para ofrecer una experiencia entretenida, cómoda y satisfactoria».
«Es nuestra forma de hacer juegos en Milkstone Studios: Nuestros juegos quizás no sean los más innovadores, pero definitivamente intentamos que sean divertidos de jugar y que apenas causen fricción al jugador», reconoce González, que avista, además una oportunidad de perfeccionamiento para el futuro en el multijugador.
«Un aspecto en el que aún no se ha experimentado en condiciones es el multijugador, principalmente debido a las dificultades técnicas de gestionar tantos enemigos, pero también de gameplay para decidir cómo se comportan, qué pasa con la cámara, cuándo pausar el juego y cuándo no, etc», asevera.
Army of Ruin puede encontrarse en las principales plataformas, PS5, Xbox, PC y Nintendo Switch y el próximo lanzamiento de Milkstone Studios será la secuela de Farm Together, que se estrenará en el segundo trimestre de 2024 en Steam.