La historia de los videojuegos está repleta de grandes fracasos: desde el infame E.T. The Extra-Terrestrial de Atari 2600 —del que se enterraron cientos de copias en pleno desierto— hasta el reciente Concord, que solo estuvo dos semanas en funcionamiento. MindsEye se perfilaba como uno de los lanzamientos más prometedores de 2025, pero ha terminado sumándose a la lista de fracasos históricos. Su estrepitoso rendimiento tanto en ventas como en críticas ha terminado por destrozar un proyecto que prometía mucho y que ha dado muy poco. Por Marcos de Vicente

Todo empezó con Everywhere, un ambicioso plan que surgió de la mente de tres extrabajadores de Rockstar Games: Leslie Benzies, Matthew Smith y Colin Entwistle. De GTA a un nuevo videojuego que venía a cambiar el mundo de las consolas. Royal Circus Games se llamó el estudio que crearon, pero pronto se vio que algo no funcionaba.
Buscaban replicar el fenómeno de Grand Theft Auto Online, pero llevándolo un paso más allá con un mundo persistente y completamente conectado. Una suerte de metaverso en el que los propios jugadores pudieran participar activamente en la creación de contenido. ‘MMO social’ lo llamaron, en la línea de lo que propone Roblox.
En Rockstar pronto vieron la amenaza y denunciaron al estudio por tener unas siglas muy similares (RCG vs RSG). El estudio cambió a Build a Rocket Boy.
Nada se sabe de Everywhere
En 2020, el desarrollo de Everywhere se pasó a Unreal Engine 5 y en 2022 se vio el primer teaser en la Gamescom. ¿Fecha de lanzamiento? 2023. En ese año se llevó a cabo una fase alfa cerrada accesible únicamente mediante invitación.
Sin embargo, esta prueba inicial pasó prácticamente desapercibida, sin lograr captar la atención del público ni de los medios.
Fue entonces cuando se puso en marcha el desarrollo de MindsEye, concebido como la primera experiencia premium dentro del ecosistema Everywhere. A partir de ese momento, poco más se supo de Everywhere.

Cancelaron discretamente Everywhere y redirigieron todos sus recursos hacia MindsEye. El enfoque cambió por completo: lo que originalmente era parte de un ecosistema más amplio pasó a convertirse en un título independiente y comercial, con lanzamiento en PC, PS5 y Xbox Series X|S, con el objetivo claro de empezar a generar ingresos de forma directa.
El producto final se presentó como “un thriller narrativo de acción y aventura” dentro de un pseudomundo abierto. Aunque la idea resultaba atractiva sobre el papel, ya antes de su estreno en junio de 2025 comenzaban a aparecer señales de alarma difíciles de ignorar.
Uno de los primeros indicios preocupantes fue la ausencia total de códigos de análisis para la prensa especializada, una práctica poco habitual en lanzamientos de esta envergadura. A esto se sumaron dos dimisiones clave: tanto el director jurídico como el director financiero abandonaron la empresa apenas dos semanas antes del estreno oficial. Todo apuntaba a desastre.
Uno de los peores juegos de toda la historia
10 de junio de 2025. MindsEye llegaba a las tiendas y el resultado era difícil de creer. Bugs, glitches, IA lamentable y notas en medios mediocres. En Metacritic las notas no pasan de 40 y las consecuencias pueden ser aterradoras.
Mark Gerhard, co-CEO de Build A Rocket Boy, salió públicamente en defensa de MindsEye, asegurando en Discord que las críticas negativas eran parte de una supuesta campaña de boicot, insinuando que los responsables eran Rockstar Games.
Mientras tanto, la situación interna del estudio se ha deteriorado aún más: ha comenzado un proceso de despidos que podría afectar a al menos un centenar de empleados, lo que representa aproximadamente una quinta parte. En este contexto, el futuro de Build A Rocket Boy parece cada vez más incierto.