'Longlegs' (DeAPlaneta)

Crítica ‘Longlegs’: De vuelta al thriller de los 90

julio 31, 2024
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Después de semanas acribillando internet con imágenes inquietantes (a cuál mejor), Longlegs llega a España tras un estreno estadounidense demencial, del que han nacido titulares que la etiquetan como la película más terrorífica del año. Por Belit Lago

‘Longlegs’ (DeAPlaneta)

En 2014, Maika Monroe se convertía en la final girl del horror contemporáneo gracias a It Follows. Bajo la peliaguda etiqueta de terror elevado, el trabajo de Robert Mitchell significó un antes y un después en la carrera de la actriz californiana, quien ha seguido apareciendo en cintas de género como Villains (Dan Berk y Robert Olsen, 2019) o El extraño (Chloe Okuno, 2022).

La templanza que aporta a sus personajes, en contraste con la ferocidad a la que estos suelen enfrentarse, se eleva a su máxima potencia en el último hit de NEON, compañía que, si bien aún no está al nivel cuantitativo de A24, ya juega en su misma liga.

En Longlegs, Monroe interpreta a Lee Harker, una introvertida agente del FBI cuya sensibilidad sobrenatural le ayudará a encontrar al psicópata que lleva años atemorizando a la población Oregón. Como en Zodiac (Fincher, 2007), el villano se comunica con la policía a través de mensajes cifrados. Y no será esta la única similitud entre la última película de Osgood Perkins y la filmografía del director de Se7en, pues su universo se revela como un referente obvio.

‘Longlegs’ (DeAPlaneta)

Otro modelo ineludible es el personaje de Clarice Starling en El silencio de los corderos (Jonathan Demme, 1991), influencia que destaca cuando Lee se encuentra cara a cara con el monstruo, generando un angustioso confrontamiento que nos lleva de vuelta a una de las secuencias más emblemáticas del cine moderno.

A juzgar por algunos de sus recientes papeles, Nicolas Cage se encuentra aquí como pez en el agua: interpretar a tarados va siendo cada vez más su zona de confort. Este personaje, que no acaba de competir con Harker por el protagonismo en la trama, le va como anillo al dedo. Con ayuda de una caracterización extravagante, el actor, que también ejerce de productor del filme, despierta mal rollo y fascinación a partes iguales. ¿Quién es Longlegs? Y lo más importante: ¿Cuál es su vínculo con Lee?

Es evidente que Perkins bebe de los maestros del horror, tanto en la construcción de sus personajes como en la base narrativa. Nada parece nuevo, sin embargo, durante los últimos años, pocas veces nos hemos quedado inmóviles en las butacas, expectantes ante lo que pasaba frente a nuestros ojos. A través de elementos clásicos del thriller de finales del siglo XX (género al que rinde un claro homenaje), el director de La envidia del mal (2015) consigue mantener despierta nuestra atención, y acaba construyendo una inquietante y perversa joya audiovisual que se instala en nuestra psique casi sin darnos cuenta.

Ya en los créditos iniciales se intercalan una serie de imágenes demoníacas que apenas llegamos a distinguir, pero cuya incomodidad nos sacude de inmediato. Como si la sangre contenida en ese cuadrado rojo donde leemos los nombres del equipo se expandiese con un canónico cambio de formato, impregnando, no solo la totalidad de la pantalla, sino también nuestra experiencia, a la vez que sirve como presagio de la violencia a la que estamos a punto de hacer frente.

‘Longlegs’ (DeAPlaneta)

La ausencia de banda sonora acentúa la efectividad de un diseño de sonido perfectamente calibrado: cuando estamos frente a un producto notable no hace falta música que enfatice las emociones que este nos provoca. Obviando el imperativo del jump scare facilón, Perkins se centra en la extenuación de la espera: mantiene una tensión vigorosa que acaba por contagiarse entre la platea.

Es fácil imaginar las reacciones del público ante un espectáculo que no deja lugar para el pestañeo: simplemente nos queda rendirnos a las habilidades de un autor en estado de gracia que, tras varios trabajos destacables, consigue establecerse dentro del marco del terror actual.