La administración mileísta confirmó el pasado sábado que dejará de apoyar a aquellas producciones que no «lograron llamar la atención de los espectadores».
En el marco de la reestructuración del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA) y a través de un comunicado, el ministerio de Desregulación y Modernización del Estado comunicó su decisión de dejar de financiar películas que «prácticamente no lograron captar la atención de los espectadores”.
Para sostener esta decisión, el gobierno aseguró que Argentina subsidió más de 100 películas que tuvieron una afluencia de menos de 1000 espectadores durante el 2023. El ministerio dirigido por Federico Sturzenegger ha puesto como requisito conseguir financiamiento propio de al menos el 50% del proyecto. Así mismo, las productoras que soliciten el subsidio, una vez terminado el proyecto, no podrán volver a solicitar recursos públicos durante el año siguiente.
Con esto se modifican algunos de los criterios de gasto del propio INCAA y el presupuesto dedicado a los gastos corrientes o de estructura, entre otros, no podrán superar el 20% de los ingresos del instituto. El nuevo modelo de producción audiovisual del Estado implica que el instituto evalúe la aptitud de los aspirantes a estos subsidios a través de los siguientes requisitos:
- Presentar un plan completo y exhaustivo de producción
- Acreditar el financiamiento del proyecto por un valor equivalente al monto del subsidio solicitado,
- Informar sobre los costos finales una vez terminada la obra
- Limitarse a pedir un solo subsidio por año calendario.
La medida obliga “a jerarquizar las producciones audiovisuales” y entra dentro de la actual Ley de Cine que ya ha provocado múltiples protestas dentro y fuera del país en apoyo a la cultura audiovisual.
