Hace unos días publicamos un primer artículo relativo a algunos proyectos participantes en la primera edición de ECAM Forum y sus opiniones sobre la iniciativa. En esta segunda entrega, damos a conocer los testimonios de responsables de Flores de una madre ausente y Malpaís, dos de los más interesantes en el apartado Films to Come, sección dedicada a proyectos de largometraje en desarrollo. Por Carlos Aguilar Sambricio

Al igual que ocurría en nuestro artículo previo, donde publicamos declaraciones de responsables de Casa quemada y Los olvidados, la sensación general de los participantes fue muy satisfactoria en cuanto a la organización del evento.
Adriana Vera, productora ejecutiva de Flores para una madre ausente, subraya que el paso del proyecto por La Incubadora ha representado “muchísimo” para el proyecto y para su evolución y que terminará con ECAM Forum para internacionalizar el proyecto “no puede ser más completo”.
Como nos dijeron el resto de proyectos, el formato del pitch gustó mucho. “El pitch con formato entrevista es muy respetuoso, el equipo de Industria de la ECAM nos están mimando y haciendo crecer, nos están apoyando y nos sentimos halagadas. Me siento como en el regazo de mi madre”, afirma Vera.
Al hilo de esa internacionalización que comentaba, es importante conocer su opinión sobre la presencia de profesionales de otros país. “Más o menos hay un 40% de extranjeros, que es muchísimo para una primera edición. Hay una gran cantidad de agentes de ventas, distribuidores y programadores. Ha venido Cannes, Rotterdam, Sundance, New York Film Festival, Locarno, San Sebastián, etc.”, comenta Ana Puentes Margarito, guionista y directora del proyecto.
Vera considera que “vino gente muy top”, añadiendo agencias de venta como Alpha Violet, mk2 o Films Boutique, que venían preparados, porque se habían leído los proyectos y hablado con ellas.
También charlamos con la colombiana Paula Rodríguez Polanco, que venía con el proyecto Malpaís y que también alabó la iniciativa: “Ha sido una experiencia muy linda. Es un evento que, aunque sea la primera edición, está muy bien organizado y los invitados me parece muy interesantes. Se ha creado comunidad con directores y directoras y creo que somos un grupo bastante lindo y estamos muy en contacto”.
Ella también aplaude el modo de abordar el pitch porque “es un formato mucho más humano, es más como una charla o una discusión” y “ha sido bello”. Ademças, las reuniones one-to-one “han sido también muy interesantes y hemos tenido muy buenos retornos”.
En el caso de Flores para una madre ausente, quisimos preguntar a las representantes acerca de La Incubadora, un laboratorio ya muy consolidado en el sector.
“La Incubadora ha sido muy importante para nuestro proceso porque, además, era nuestro sueño desde el minuto cero. El porcentaje de que un proyecto pase por La Incubadora y se haga es muy grande y ganan premios en festivales. Nosotras también fuimos alumnas de la ECAM, entonces hemos estado muy conectadas con todo lo que sucede en la escuela”, empieza diciendo Vera.
“Te brinda primero el espacio, el acompañamiento de mentores o tener asesoría de Pilar Benito (Morena Films), Marisa Fernández Armenteros (Buenapinta Media), Pilar Toro (Filmin) o José Pastor y Gervasio Iglesias, que nos han dicho que vayamos a la siguiente mesa de valoración de RTVE”, añade.

La experiencia ha sido muy gratificante porque ha permitido que proyecto dé un salto, como señala Vera: “Es un espacio donde te conectan con la industria y la industria te da feedback de tu proyecto. No es como estar en un máster donde los profesores hablan y tú recibes información. Aquí notas que estás en constante diálogo fortaleciendo el proyecto desde cada uno de los puntos de vista de todos los ámbitos de la industria o la cadena audiovisual”.
Ana Puentes Margarito también nos recalca que tienen “tutores de lujo” como Belén Funes en guion y Luis Ferrón en producción: “Están siendo un equipo y estamos trabajando fenomenal juntos. Los feedbacks son súper constructivos y nos están haciendo crecer como personas y profesionales. Estar en La Incubadora es un lujo”.
‘Flores para una madre ausente’: liberarse del peso familiar
Flores para una madre ausente, producción entre White Leaf Producciones y Verbena Films, es un drama familiar. Es la ópera prima de Ana Puentes Margarito, directora y guionista del proyecto.
“Es una historia sobre los traumas infantiles familiares y que habla sobre la violencia invisible. Es la historia de un regreso de una chica de 25 años, Roma, que decide volver a casa cuando su padre está a punto de fallecer. Llevan muchísimo tiempo sin verse y han tenido siempre una relación muy tóxica y complicada. Ella vuelve para confrontar esta herida, para confrontar a su familia y para que él sepa lo que ha significado esa relación de infancia en ella. En este camino de confrontación y enfrentamiento, de alguna manera se da cuenta también de la responsabilidad que ha tenido la madre en este triángulo familiar, ocultando esta violencia y permitiéndola”, explica Puentes Margarito.
La cineasta añade que, en esta catarsis de tres, “Roma resurge y la vida le hace tener que avanzar hacia un lugar en el que deje de girar en torno a esta herida”. Este viaje hace que “ella pueda liberarse de esta toxicidad para empezar un nuevo camino, siendo ella misma”.

Al venir de La Incubadora, tenían el proyecto muy trabajado y resultaba más sencillo saber cómo comunicarlo. “Creo que el argumento más importante que estamos utilizando es que es una historia muy universal y que tiene una gran audiencia porque habla sobre las relaciones familiares y sus conflictos. Absolutamente todas las personas del mundo podemos conectar. La historia es una invitación a liberarse, a quitarse esos pesos familiares y a reconciliarte contigo misma o contigo mismo”, indica Vera
Ana Puentes Margarito se identifica con la nueva ola de directoras mujeres y, en este proyecto, traza paralelismos con Cinco lobitos de Alauda Ruiz de Azúa: “Yo he definido la película como Cinco lobitos sin el bebé”.
Pero también hay otras referencias relevantes. “La crudeza de No sé decir adiós de Lino Escalera, donde también hay una vuelta al hogar y al padre, y con el empowerment de películas como Una mujer fantástica o El acontecimiento, que tienen personajes desde lugares muy conflictivos y a los que se lo ponen todo muy difícil, pero que al final tienen tanta fuerza que consiguen salir adelante”, nos revela la directora.
El proyecto lo llevan desarrollando desde 2022. “A lo largo de estos dos años hemos pasado por diferentes espacios. Uno de ellos fue Abycine Lanza, donde obtuvimos un premio de preventa de la televisión autonómica, que para nosotros ha sido vital”, explica Vera.
Tener una televisión y que haya una primera piedra que abra toda la financiación es “una gran ayuda”. “A partir de ahí, hemos seguido el camino de Castilla-La Mancha. Ya hemos obtenido la ayuda al desarrollo y la de guion allí, y pediremos la de producción cuando sea el momento. Ahora mismo, nuestra apuesta es el ICAA”, señala la representante de White Leaf Producciones.
Según Puentes Margarito, buscan, sobre todo, distribución y ventas, que “son piezas que aún están por entrar”.
Pero también están trabajando en una coproducción. Desde Berlinale 2022, según nos apunta Adriana Vera, están en conversaciones con una productora finlandesa: “Le encanta la historia porque tiene una conexión bastante personal. Nos interesa muchísimo porque creemos que las audiencias escandinavas y alemanas pueden conectar mucho con la película. Así que creemos que es muy estratégico para internacionalizar el proyecto, poder tener un aliado de Finlandia que nos ayude desde su territorio a poder distribuir a toda Europa”.
‘Malpaís’, la materialidad de un territorio en un gótico tropical
ECAM Forum es un evento abierto a proyectos que no son españoles. Así, en esta edición había casos como el de Malpaís de Paula Rodríguez Polanco, directora, investigadora y programadora colombiana. El proyecto es una coproducción entre Francia y Colombia que se rodaría en Colombia.
¿Cuál es el argumento? Tras encontrar el cuerpo de un pescador ahogado, la joven Rosario y su padre deciden irse del Océano Pacífico colombiano y llegan a un pueblo minero dominado por un volcán activo. Intentan adaptarse a su nueva vida pero, misteriosamente, los mineros empiezan a desaparecer en el volcán, atraídos por la oscuridad de los arrabales.

“La película es una película que será rodada 16 milímetros, siguiendo mi trabajo de investigación y mi trabajo artístico sobre la caracterización de los soportes analógicos en el cine latinoamericano contemporáneo. En esta película será muy importante la relación de la materialidad de lo fílmico en conjunción con el territorio y con los cuerpos”, explica Rodríguez Polanco.
Ella está recalcando la idea de filmar alejada de una visión europea, buscando “reconfiguraciones para pensar, ver y sentir mejor.”
Además de la materialidad de lo fílmico mencionada antes, la cineasta subraya que quiere trabajar con bailarines y que muchas escenas están pensadas como si fueran coreografías: “Es importante relacionar el cuerpo al suelo, la cadencia y el ritmo, ciertos movimientos, ciertos gestos…”.
También es clave que se engloba dentro del gótico tropical, que es un género latinoamericano y colombiano particularmente. “Surge como un experimento porque Luis Buñuel decía que no era posible hacer un gótico latinoamericano. Álvaro Mutis creía que sí se podía y escribió la novela ‘La mansión de la Araucanía’ y a partir de ahí surgió un movimiento transgeneracional u transcultural, porque después en los 80 el Grupo de Cali hicieron películas relacionadas con este género. Se trata de descubrir y de experimentar con los aspectos fantásticos del folklore colombiano tropical”, nos cuenta Rodríguez Polanco sobre la genealogía de este género en el que enclava la cinta.
La directora viene del cine experimental así que toma muchas referencias de ahí, aunque Malpaís no lo sea, pero también “de la música, del cine, de las artes plásticas, de la danza, de la publicidad, de Instagram, de la calle…”. En términos de narrativa, Rodríguez Polanco asegura que le interesa mucho lo que hace Alice Rohrwacher o Mati Diop, sobre todo en Atlantique.
El proyecto está entrando en etapa de producción, según apunta la cineasta: “Acabamos de mandar una versión del guion para el Fondo Colombiano de Producción y vamos a mandar también al CNC de Francia en diciembre. Aquí estamos buscando coproductores españoles para hacer algo con Ibermedia o con Alemania para Eurimages. Estamos muy abiertos para crear alianzas”.