La temporada estival de 2024 ha permitido soltar un suspiro de alivio a buena parte del sector cinematográfico, presa de la inquietud, sobre todo en España, tras las discretísimas cifras de taquilla del primer semestre. No en vano, hasta el estreno de Del revés 2 el 19 de junio, la taquilla española se situaba un 19% por detrás de lo recaudado en el mismo periodo de 2023, con unos meses de abril y mayo especialmente preocupantes (caídas del 50% y 32%, respectivamente) y algunos fines de semana en los que la asistencia al cine tocó fondo (apenas 300.000 espectadores en los 3 días). Por Álvaro Gómez Illarramendi
Estos datos parecían dar la razón a quienes anunciaban un cambio de paradigma tras la pandemia del coronavirus, con la agudización de varias tendencias que ya apuntábamos al analizar las cifras de 2023.
Por un lado, la concentración de la taquilla en unos pocos títulos comerciales de sagas ya consolidadas o destinadas al público familiar (en este caso, Dune: Parte 2, con 711 millones de dólares a nivel mundial, 15 de ellos en España, o, en menor medida, Godzilla y King: El nuevo imperio y Kung Fu Panda 4, ambas por encima de los 500 millones a nivel mundial, con 7 y 10 recaudados respectivamente en España), y, por otro lado, los buenos resultados de las propuestas más de nicho para el público cinéfilo, que ha redundado incluso en la apertura de nuevas salas urbanas independientes y en el crecimiento experimentado por distribuidoras locales, hasta el punto de que una de ellas (Diamond Films) ha superado, en el periodo de enero a junio, a toda una major como Paramount.
Con todo, el sector de la distribución y exhibición en su conjunto atravesaban en primavera momentos críticos, con las multisalas casi tan vacías como en tiempos pandémicos y con algún sonoro fracaso, tanto del cine español (Matusalén, Caída libre) como del norteamericano (los 173 millones de dólares a nivel mundial, 3 en España, de Furiosa: A Mad Max Saga, supieron a muy poco) impidiendo remontar el vuelo.
No obstante, si algo ha demostrado el séptimo arte es que siempre yerran los que lo dan por muerto a manos de sus sucesivos rivales/sustitutivos, ya se llamen televisión, VHS o plataformas de VOD.
El estreno de Del revés 2 como punto de inflexión: avalancha de éxitos
Pues bien, el estreno masivo el 19 de junio de Del revés 2 inició un ciclo estival francamente positivo para el consumo de cine en España, que volvió a conocer cifras récord en algunos aspectos y vio reverdecer glorias presuntamente pasadas.
El efecto fue inmediato, hasta el punto de que la brecha antes citada del 19% con respecto a 2023 se redujo, para finales de junio, a poco más del 10%, cifra en la que se mantiene a finales de agosto (en contraposición al 15% de descenso en Estados Unidos), con una recaudación acumulada, en estos 8 primeros meses del año de aproximadamente 300 millones de euros. Esto supone aún un 24% menos que en 2019, pero una lectura detallada de los datos nos confirma las buenas impresiones de los meses de julio y agosto, en los que se ha recaudado en España más de 100 millones de euros.
No es ninguna novedad que el verano constituye una estación destacada para el consumo audiovisual en pantalla grande, con los cines como refugios climáticos y culturales a prueba de canículas, pero los esperanzadores datos de este año (no exentos de alguna sombra) se han recibido con especial interés y ánimo de celebración.
No es para menos: la sucesión de éxitos nos ha tenido a muchos impacientes por conocer los datos de recaudación de cada fin de semana. Y aunque, estrictamente hablando, el verano no haya concluido, la temporada cinematográfica marcada por las vacaciones escolares y laborales, que a su vez provocan cifras muy altas de asistencia entre semana, se da por amortizada tanto en Estados Unidos (donde el Labor Day marca el punto de inflexión) como en España. Es momento, por tanto, de hacer recapitulación, basándonos en todo momento en las cifras suministradas por Comscore hasta el final de agosto.
El fenómeno de Del revés 2 (1.700 millones de dólares a nivel mundial: 651,3 en USA y 50 millones en España, donde ya se ha convertido en la cuarta película más taquillera de todos los tiempos) se vio sucedido por otra rentabilísima saga animada, aunque sin tanto atractivo para el público adulto, como es la de Gru. Mi villano favorito, cuya cuarta entrega lleva amasados más de 915 millones de dólares a nivel mundial, 356 en USA y 21 millones en España.
A continuación, los recientes tropiezos de Marvel con The Marvels o Madame Web quedaron en el olvido gracias al descomunal éxito de Deadpool y Lobezno (por ahora, a finales de agosto, lleva acumulados 1.300 millones de dólares a nivel mundial, 604 en USA y 24 millones en España), cuya entusiasta recepción por el público devuelve a los estudios la confianza en el género superheroico.
Pero no todo han sido superhéroes y dibujos animados: destacados han sido también los óptimos rendimientos de la ciencia-ficción terrorífica de Alien: Romulus (5 millones por ahora en España, y lo que es muy curioso, una recaudación ligeramente superior en China, con 93 millones, que en Norteamérica, con 91), del drama romántico de Romper el círculo (285 millones de dólares en taquilla mundial, 5 millones en España) y del terror puro de la muy rentable Longlegs (102 millones de dólares a nivel mundial), para la que España constituye, en este momento (2,9 millones de dólares recaudados) el quinto mercado mundial, triplicando los datos de Francia.
Los buenos datos de esta última cinta ayudan a contrarrestar las decepciones taquilleras de otras atractivas cintas de terror de este semestre, como La primera profecía (1,5 millones recaudados en España) o Inmaculate (1 millón). Resultados desiguales para los reestrenos: pobres cifras para las proyecciones por el 30 aniversario de Pulp Fiction, pero asistencia masiva a la conmemoración de los 15 años de Los mundos de Coraline, cuyo reestreno lleva más de 30 millones de dólares a nivel mundial.
Por otra parte, ha habido fenómenos de taquilla muy localizados geográficamente: así, la esperada Twisters ha recaudado el 72,5% de su monto mundial —360 millones— en Norteamérica (este porcentaje suele moverse entre el 33% y el 55%) y tan solo ha logrado 2,8 en España. Más suerte ha corrido en nuestro país, con unos nada desdeñables 1,5 millones, la nueva y aclamada adaptación del clásico El conde de Montecristo, que sigue liderando la taquilla francesa en su décima semana, acumulando ya casi 8 millones de espectadores. Si a esto le sumamos el éxito inmediatamente anterior de la comedia Un petit truc en plus (más de 10 millones de entradas vendidas) está claro que, al otro lado de la frontera, la producción y exhibición cinematográficas siguen gozando de buena salud.
El cine español también se recupera
¿Y qué ocurre con el cine español? Pues si de enero a junio solo algunos títulos nos dieron buenas noticias desde el punto de vista recaudatorio (los 4 millones de La Familia Benetón o los 2,5 de Menudas piezas), en verano se han multiplicado los éxitos tanto en el género familiar (los 13 millones de Padre no hay más que uno 4 o los 4 millones que lleva por ahora Buffalo Kids) como en la comedia (notable estreno y mantenimiento en su segunda semana de Odio el verano) y en la dramedia adulta (la producción catalana Casa en llamas se aproxima a unos excelentes 2,5 millones).
En conjunto, el cine español ha logrado en torno a 20 millones de euros y 3,5 millones de espectadores en verano, elevando el total del año hasta agosto a los 45 millones de euros, a menos de un 11% de los datos del mismo periodo del año pasado. No hay que olvidar que el otoño es la estación predilecta para los estrenos del cine español (en las próximas semanas nos llegarán La infiltrada, Escape, La virgen roja…), de modo que no es descartable que en el cómputo anual se superen, o al menos no queden lejos, los 82 millones de euros de 2023.
Lo que pasará en otoño es todavía un misterio (aunque la potencia comercial de las secuelas de Joker, Gladiator y Vaiana, o la precuela del Rey León inviten al optimismo), pero una cosa está clara: el sector afronta el último sprint del año menos inquieto y más animado, dispuesto como siempre a conquistar al espectador.
