HELP! ¿Por dónde empiezo con las ayudas a la producción de largometrajes?

octubre 1, 2024
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“Vamos a financiar la película”. Ahí, compañeros de batalla, empieza el rock and roll. Y hay muchas puertas que se abren por delante. Plataformas, televisiones, inversores y un complejo etcétera, pero una de ellas, una puerta clave para la industria cinematográfica, es de la que vamos a hablar aquí: las ayudas a la producción cinematográfica en España. Por Marina F. Fuentes.

Fotograma de Los Aitas

Esto no pretende ser un reportaje tedioso, por lo que no vais a encontrar un lenguaje institucional, ni que resuene a BOE o a bases normativas, porque pretendo encontrar aquí la manera de hablar de las ayudas con un estilo más cercano y sencillo, con el objetivo de que las ayudas sean comprensibles para todos. Vamos a ponérselo un poco más fácil a las productoras y compañeros que están comenzando. Porque el Cine es (o debería ser) siempre universal.

Como vía de financiación a explorar, partamos de la premisa de que las ayudas son Cine y que, por ende, de ahí tiene que partir toda la preparación de la solicitud de estas. De la pasión por levantar películas, de la ilusión por seguir haciéndolas y de poder compartirlas con el público. Por lo que si os  planteáis la preparación de una solicitud de ayudas como algo tedioso, como un trámite administrativo, como un conglomerado de papeleo vacío de alma, entonces es en eso en lo que se van a convertir y, tarde o temprano, acabará siendo una tarea que estará más y más lejos de la visión de crear una película.

Comencemos preguntándonos: ¿qué tipo de ayudas podemos conseguir en España para la producción de largometrajes? Tenemos dos grandes bloques: las convocadas por el Instituto de la Cinematografía y las Artes Audiovisuales (ICAA) y las Autonómicas. También podemos optar a ayudas Municipales, como las del Ayuntamiento de Madrid, muy valiosas para empujar los proyectos, pero vamos a centrarnos en este reportaje en las anteriores por abarcar más territorios y tener un importe más elevado.

El ICAA tiene dos ayudas para la producción de largometrajes: las generales y las selectivas. Pero antes de estudiar estas ayudas, lo primero que tenéis que preguntaros es si cumplís con los requisitos para acceder a ellas. Disponéis de todos los requisitos en la página web del ICAA de manera simplificada, así como en las bases generales y en las bases de cada convocatoria. También apuntar que, si vais a llevar a cabo una coproducción con productoras extranjeras, para pedir las ayudas, tendréis que tener la aprobación de la coproducción internacional del ICAA o de la Comunidad Autónoma competente. Por ejemplo, si tenemos una película con productora catalana, podrá darnos la aprobación el ICAA o el ICEC y ambas serán igual de válidas.

Si cumplís los requisitos, podréis optar a la ayudas del ICAA, que se dividen en ayudas generales para la Producción de largometrajes sobre proyecto y ayudas selectivas para la Producción de largometrajes sobre proyecto. Es decir, lo que resumimos normalmente en generales y selectivas.

Las generales se basan de manera prioritaria en la evaluación de unos criterios que determinan la financiación del coste de producción conforme a una puntuación objetiva. Esto se traduce en que podréis optar a la ayuda si podéis acreditar o no un porcentaje de financiación ya conseguida. Porque, para saber si os podéis presentar a una ayuda o no, es importante que os fijéis en la financiación que deberéis tener acreditada para la solicitud. Por ejemplo, en las ayudas generales la película deberá tener al menos un 35% acreditado, por lo que si sabéis que no lo vais a tener para ese momento, es mejor que os centréis en poder cubrir ese porcentaje y esperar a la siguiente convocatoria.

Fotograma de ¿Es el enemigo? La película de Gila

Por otro lado, las selectivas demandan un porcentaje menor en la  acreditación de la financiación (un 15%) y aunque la tendréis que tener para entonces, no tendréis que presentar pruebas documentadas en el mismo momento de la solicitud, sino una vez que el proyecto haya pasado el primer proceso de selección, centrando la primera valoración del proyecto en si la película tiene un especial valor cinematográfico, cultural o social, o si es de carácter documental o experimental o en que incorpore nuevas directoras o directores. Hablaremos en próximas publicaciones y de forma más extendida en RUBIK de estas ayudas del ICAA.

Llegados a este punto es importante señalar una obviedad: los funcionarios del ICAA son personas, seres humanos como tú y como yo. Bromas aparte, no tengáis miedo a preguntarles vuestras dudas, a hablar con ellos, están ahí para ayudar. Los contactos están publicados para que los utilicemos, porque las ayudas están diseñadas para ser concedidas, no para no hacerlo. Eso sí, tened paciencia. Contestan todo lo ágiles que pueden, pero hay días en los que tienen que contestarnos a todos a la vez porque se cumple un plazo, por ejemplo, y las comunicaciones se dilatan, pero de verdad, que siempre responden con el ánimo de orientarnos lo mejor posible. Si tenéis dudas sobre cualquier requisito que debáis cumplir, podéis preguntarles. No os vais a quedar fuera de unas ayudas por preguntar. Igualmente por aquí van los mails del ICAA. Para ayudas generales: ayudaslargos.generales@cultura.gob.es y para ayudas selectivas:  largometrajes.selectivas@cultura.gob.es

Y del ICAA pasamos a las ayudas autonómicas. ¿Dónde se va a rodar la película? ¿En Andalucía, en Galicia, en Valencia, en Cataluña, en Madrid… ¿dónde? E igual de relevante, ¿dónde tienen domicilio fiscal y social las productoras que van a llevar a cabo la producción? En función de estas dos preguntas, podréis optar o no a diferentes ayudas de las distintas comunidades autónomas.

En la página web de Spain Audiovisual Hub vais a encontrar información muy valiosa. En concreto disponen de una página dedicada a las “Ayudas por Comunidades Autónomas”. Es un índice maravilloso que os va a permitir ver las ayudas que hay para la producción de largometrajes, como pueden ser las de la Junta de Andalucía, las gallegas de AGADIC,  las ayudas catalanas del ICEC o las de la Comunidad de Madrid.  Cada Comunidad tiene sus reglas, pero en general, suelen ser coincidentes en ciertos requerimientos, como por ejemplo cumplir unos cupos con las lenguas oficiales de cada comunidad o que la película tenga en rodaje u otras etapas un porcentaje mínimo en los equipos técnicos y artísticos contratados en esa Comunidad.

Los documentos clave para saber a qué ayudas podéis optar y los que más os pueden ayudar como punto de partida son: el presupuesto, el plan de financiación, la autobaremación, el calendario de ayudas y el estudio de ayudas concedidas con anterioridad.

Rodaje de Nosotros

Es muy importante definir una cifra de presupuesto para saber a qué tipo de ayudas vamos a presentarnos porque nos van a exigir unos máximos o unos mínimos en el coste. Por ejemplo, para las ayudas generales el ICAA especifica que “el coste mínimo que, en su día, se reconozca al largometraje por el ICAA sea de 1.300.000 euros”, por lo que si vuestra película tiene un presupuesto muy reducido, alejado de esos números, quizás este tipo de ayudas no sean las adecuadas.

Recordad que es importante conocer que un presupuesto es cambiante, que se irá transformando y que tener un diálogo sano con las instituciones a las que vayáis a pedir una ayuda, de cara a aclarar puntos clave que sintáis que van a sufrir cambios notorios, es fundamental. Volvemos al apunte anterior: las instituciones están ahí para ayudar y orientar a los proyectos hacia unas ayudas u otras.

Tened presente que para cada ayuda tendréis que trabajar con el modelo que os facilite la institución. Son muy similares, pero no os valdrá el mismo para todas. Las plantillas, a las que llamamos modelos oficiales, están colgadas en las páginas webs de cada institución. Por ejemplo, el del ICAA lo encontraréis siguiendo la ruta: icaa-información-procedimientos administrativos-modelo oficial de presupuesto de coste de película.

El plan de financiación os va a ayudar a definir la cuantía que vais a solicitar en cada ayuda. Cada ayuda os facilita su modelo, por lo que es bueno que trabajéis con vuestra plantilla propia, en la que contempléis todos los escenarios y después traspaséis la información que os pida cada institución. No trabajéis con sus plantillas como plantilla principal, mera recomendación.

En cada ayuda vais a tener un dinero máximo que os van a conceder, por lo que es importante que defináis bien cuál es la cantidad que necesitáis porque quizás no sea suficiente y os interese presentaros a otra ayuda. Muchas veces juega a favor pedir menor cantidad del máximo que os puede conceder la institución. Por ejemplo, si necesitáis 800.000€ de esa ayuda, y el máximo que os pueden conceder es 1.000.000€, solicitad 800.000€, solicitad lo que necesitéis. Esto puede significar que otra película pueda optar a las ayudas. Y se trata de eso, de que pensemos también que cuantas más películas puedan optar a las ayudas, mejor.

La clave está en crear planes de financiación viables. El papel lo aguanta todo, pero intentad crear un plan que creáis que podáis conseguir cumplir. Seguro que se irá transformando, seguro que en vez de una ventana conseguiréis otra, seguro que una capitalización que necesitáis al inicio, no sea necesaria finalmente, etc. Pero el plan de financiación que preparéis para pedir una ayuda, intentad apoyarlo en financiación que creáis posible alcanzar.

Fotograma de Mi amiga Eva

Una recomendación que puede serviros de mucha ayuda es crear un calendario anual con las ayudas que estiméis que vayan a encajar más con la película que queréis llevar a cabo. Muchas veces sería mejor poder definir las ayudas por proximidad. Es decir, si voy a hacer una película en Galicia, pienso en las Gallegas, después en las nacionales y después en las internacionales. Pero lo cierto es que el calendario de las convocatorias nos va a ayudar muchísimo a darle orden a estas solicitudes. Es un trabajo laborioso, pero ayuda mucho a hacer un dibujo anual de objetivos. Coged las fechas del año pasado y organizaos. Las fechas son bastante fluctuantes, pero podéis haceros una idea de cuándo saldrán y cuántas convocatorias habrá.

Otro estudio que podéis hacer para saber a qué ayudas presentaros es sobre las ayudas concedidas con anterioridad, es decir, a qué proyectos y a qué productoras se las han concedido. La información es pública y os puede dar una pista sobre los cortes en la puntuación. Por ejemplo, podéis hacer el ejercicio de las películas que han sido apoyadas por el ICAA el año anterior. Escojamos generales por ejemplo. Si vais a la resolución de ayudas concedidas en 2023, en el primer procedimiento podréis ver que en el primer puesto quedó la película Soy Nevenka con un presupuesto de 4.600.000,00 € (siempre hablamos de la parte española) con una ayuda a máximos de 1.200.000 € y en el último puesto la película Los Aitas con un presupuesto distanciado de la primera, de 3.229.953,00 €, pero con una ayuda también a máximos. La autobaremación (los famosos puntos de las ayudas de los que hablaremos en el próximo reportaje) es una autoevaluación clave para saber si vais a tener puntuación suficiente y si, por tanto, tiene sentido solicitar la ayuda. Cada ayuda tiene su modelo de autobaremación en sus webs o su sistema de puntuación en las bases de la convocatoria.

Cuando empecéis como becarios, pasando declaraciones a firma, pensaréis que es una tarea que no tiene mucho sentido y que vosotros “no habéis estudiado Cine para eso”, que amáis el séptimo arte y escanear documentación no es lo vuestro. Pero si os apetece probar… Coged esa documentación y no la escaneéis sin más. Leed y volved a releer, sed curiosas y curiosos, haced preguntas y comprended qué sentido tiene ese documento que se suma al otro gran montón. Porque algún día vais a ser Productores, Productores Ejecutivos, Directores de Producción o Coordinadores de Producción, y ese día firmaréis esa declaración y necesitaréis entender qué estáis firmando para conseguir financiar la película. Para conseguir hacer Cine. Porque sin las Ayudas, no habría Cine y vivir sin Cine, compañeros, eso sí que no tendría sentido.