'Oppenheimer' (Universal Pictures)

La taquilla española de 2023 en 4 claves

enero 30, 2024
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¿Qué nos dicen los datos acerca de los espectadores? Hay muchas formas de leer los resultados de taquilla, desde perspectivas más generales a enfoques más específicos, pero no podemos perder de vista el objetivo fundamental que debe guiar nuestro análisis, y este no es otro que la lectura e interpretación de lo que sus datos nos revelan de los hábitos y tendencias de los espectadores. Por Álvaro Gómez Illarramendi

‘Oppenheimer’ (Universal Pictures)

Más allá de las valoraciones CinemaScore habitualmente empleadas para explicar los fenómenos comerciales en el mercado estadounidense, o de la enorme disponibilidad de críticas y comentarios más o menos profesionales en redes sociales y comunidades de usuarios, lo cierto es que no hay nada tan rotundo y esclarecedor como el comportamiento de una película en los cines.

Hay quien interpreta en este sentido la reticencia de Netflix a difundir los datos de recaudación de su estreno en algunos cines de la esperadísima La sociedad de la nieve, por miedo a que unas cifras inferiores a lo esperado empañaran la imagen de la cinta (cosa que no ha ocurrido, pues los pocos datos de los que se dispone apuntan a un rendimiento más que notable).

Entiéndase bien: no hablamos necesariamente de los gustos el público (hay éxitos fulminantes que decaen con el paso de las semanas por los malos comentarios, y al contrario, cintas que han logrado una importante rentabilidad en el largo plazo, con su explotación en formato físico o plataformas), sino de algo tan sencillo como saber por qué películas está el público dispuesto a pagar en España el precio medio de 6,70 euros que vale una entrada de cine hoy en día.

Y eso dependerá, en una industria ‘de prototipo’ como es el cine (donde el resultado del proceso siempre es una incógnita) de factores tan diversos e imprevisibles como el contexto cultural, la eficacia de la campaña de marketing, el boca-oreja, un correcto dimensionamiento de su distribución, la confluencia de estrenos…

‘Barbie’ (Warner Bros.)

A partir de los datos de Comscore sobre 2023 (puedes leer nuestro artículo sobre ello a través de este enlace), pueden adivinarse algunas claves que desgranamos a continuación:

Las lecciones del fenómeno ‘Barbenheimer’

Aunque la coincidencia de estreno el 21 de julio de las dos producciones más esperadas de la temporada estival generó dudas en un principio, lo cierto es que la expectación combinada por ambas películas derivó en unas sinergias comerciales inéditas, hasta el punto de regalarnos unas cifras de recaudación espectaculares incluso para los estándares prepandémicos.

Hay numerosas reflexiones que extraer de este fenómeno, quizás irrepetible en mucho tiempo, pero la principal es seguramente la propia supervivencia del concepto «fenómeno cinematográfico», cuya existencia en tiempos de fragmentación de la oferta y creciente consumo doméstico parecía en entredicho.

A pesar de las cifras masivas obtenidas en años anteriores por el Universo Marvel (ahora en franco declive) o la secuela de Avatar, hay algo especialmente esperanzador en el triunfo de Barbie (a la postre, la película más vista del año en cines españoles, con 5, 3 millones de espectadores, y a nivel mundial, con una recaudación acumulada de 1.441 millones de dólares) y de Oppenheimer, que, sin pertenecer a ninguna franquicia o temática superheroica/fantástica, se ha convertido en la película más exitosa de Christopher Nolan a nivel nacional (alcanzó los 3,1 millones de espectadores, superando los 2,7 de «Origen» y los 1,9 de «El caballero oscuro: la leyenda renace») y en la tercera a nivel mundial, solo por detrás de la segunda y tercera entrega de su trilogía de Batman. 

‘Elemental’ (Disney)

Decimos que hay algo esperanzador porque son películas que, procediendo claramente de la maquinaria de Hollywood, abordan temáticas serias y adultas, en el caso de Oppenheimer, o plantean abiertas transgresiones de iconos tradicionales, en el de Barbie.

La extraordinaria recepción por parte del público, que acudió masivamente a las salas, refuta la supuesta infantilización del mismo y reivindica la demanda de propuestas atrevidas y razonablemente desafiantes.

El amplio rango de espectadores al que se dirigían, y al que lograron convencer, también cuestiona el temido abandono de las salas por parte del público más adulto, que no ha olvidado la gran pantalla, como también quedó patente posteriormente con las buenas cifras en España de la larguísima épica de Scorsese Los asesinos de la luna (5,2 millones de euros; 760.000 espectadores), y en mayor medida aún, del Napoleón de Ridley Scott (por ahora, 9 millones de euros y 1,3 millones de espectadores).

Es decir, todavía hay hueco para producciones cuyo target principal no son los adolescentes, y cuyo principal atractivo radica en la firma de su autor y en su sello de calidad. De hecho, se observa el declive, sobre todo en términos de rentabilidad, de la superproducciones de franquicia que ya no concitan el entusiasmo de antaño, como es el caso de los respetables pero algo decepcionantes resultados de la última entrega de Indiana Jones (1,7 millones de espectadores, frente a los 3,6 millones de la anterior) o de la secuela de Aquaman, que en su arranque ha salvado los muebles pero ha quedado muy lejos de la primera parte, en consonancia con otras producciones superheroicas del año (especialmente dramático resulta, en este sentido, el bajo rendimiento de The Marvels frente a Capitana Marvel).

‘Campeonex’ (Universal)

En cualquier caso, hay razones para cierto escepticismo, o al menos cautela, con respecto a las implicaciones de este masivo éxito doble.

No en vano, Barbie no deja ser la adaptación al cine de un juguete clásico, en la que parece ser la nueva mina de oro y franquicias de Hollywood (pronto vendrán las adaptaciones de otras muñecas e incluso del juego de cartas Uno, y si incluimos en el subgénero a los videojuegos, ahí está el segundo puesto en taquilla española y mundial del revitalizado Super Mario Bros. y las rotundas cifras de Five Nights at Freddy´s), lo que descarta un cambio de paradigma, para revelar quizás simplemente un nuevo foco de oportunidades comerciales con la misma inercia tendente a la saturación que quizás explique el declive del Universo Marvel.

Por lo que se refiere a Oppenheimer, la excepcional popularidad de su realizador y de su reparto hace poco replicable un éxito de sus dimensiones en el mismo género (biopic histórico).

Antes al contrario, podríamos sospechar que las colosales cifras de esta singular dupla de películas incide en un posible efecto colateral del mercado audiovisual actual: la tendencia a la concentración de los éxitos en pantalla grande, o dicho de otro modo, a la transformación de los cines en alternativas de ocio más puntuales o limitadas a ocasiones especiales en las que los estrenos logran copar las conversaciones habitualmente dominadas por las últimas series o películas estrenadas en plataforma.

‘Super Mario Bros. La película’ (Universal)

¿Será verdad aquella advertencia que apuntaba a un futuro de cines escasos y selectos? En cualquier caso, es evidente que, tras los sobresalientes datos de las primeras películas del ranking de taquilla, escasean los éxitos de tamaño mediano de géneros que no sean la acción o la comedia, y así llegamos al segundo punto.

Sustos, risas y dibujos: los ángeles de la taquilla

Si uno se detiene a analizar el género de las películas más taquilleras del año en España (de este y de los inmediatamente anteriores), no tardará en descubrir la abundancia de películas animadas o de público netamente familiar (a Super Mario Bros. hay que añadir Avatar 2, Elemental, La Sirenita o la española Vacaciones de verano), acción enfocada al público juvenil (Fast&Furious X, Megalodon 2), comedias (en esto sigue destacando el producto nacional, con el liderazgo de Campeonex y Ocho apellidos marroquís), y en términos de rentabilidad sobre presupuesto, las producciones de terror extranjeras (Háblame, Insidious 5, Evil Dead Rise, La Monja 2).

Sonados han sido los fracasos de productos nacionales con ambiciosos lanzamientos pero muy pobres resultados y mantenimientos, como el thriller Asedio o la producción de fantaterror La ermita, géneros en los que el cine español ha obtenido grandes éxitos de crítica y público en tiempos recientes, pero que ya no garantizan ni un ‘colchón’ inicial de interés o expectación, incluso viniendo amparada, en el caso de La ermita, por el protagonismo de Belén Rueda, otrora imán para la taquilla.

‘Taylor Swift. The Eras Tour’

Con estos datos, diríase que el cine en pantalla grande se repliega a su funcionalidad de puro consumo para los públicos predilectos de las multisalas, ya sean familias o jóvenes que ante todo buscan entretenimiento o ese «plus» de experiencia colectiva que aportan las risas o los sustos compartidos.

En esta línea, cabe destacar el éxito creciente de los eventos retransmitidos en cines (óperas, conciertos, obras de teatro) y las mastodónticas cifras, sobre todo en el mercado norteamericano, de Taylor Swift: the Eras Tour.

Los cines se adaptan a los tiempos, actualizando su esencia primigenia: ser una alternativa de ocio especial pero asequible. Ello no significa que el público más adulto o cinéfilo haya abandonado las salas, pero puede apuntar a un aumento de su nivel de exigencia para acercarse al cine. A lo ya comentado respecto al fenómeno Barbenheimer, hay que sumar otro acontecimiento reseñable…

El cine de autor como ‘sleeper hit’

En el mercado anglosajón, se conoce como ‘sleeper hit’ a las películas que, si bien en el momento del estreno no logran un gran desempeño, alcanzan progresivamente un gran éxito sin apenas, o con muy poca, promoción.

‘El maestro que prometió el mar’ (Filmax)

Si analizamos la recaudación de las películas estrenadas en 2023 en España, no en cifras totales, sino en términos de mantenimiento y media por copia, nos sorprenderá comprobar el fenómeno que ha supuesto, por ejemplo, la película española El maestro que prometió el mar, cuyos 1,4 millones de euros recaudados (por ahora) suponen casi 12 veces la cifra de su fin de semana de estreno.

También han superado el millón de euros producciones independientes (con perspectivas de Oscar, eso sí) como la estadounidense Vidas pasadas o la francesa Anatomía de una caída, y ha comenzado de forma excelente su andadura comercial en España el nuevo filme de Kaurismäki, Fallen Leaves.

Por su parte, han logrado coeficientes multiplicadores altísimos respecto al estreno producciones españolas como el documental Libres (10 veces su primer fin de semana), Te estoy amando locamente (8 veces su primer fin de semana), Chinas (6 veces su primer fin de semana), o la película con más nominaciones a los Goya, 20.000 especies de abejas, que ha alcanzado la muy meritoria cifra de 906.000 euros (5 veces su primer fin de semana).

Esto datos confirman, por un lado, que siguen existiendo los éxitos derivados del ‘boca-oreja’, de una positiva recepción crítica y/o de la promoción en festivales.

‘Vidas pasadas’ (Elástica Films)

Por otro lado, revelan las oportunidades comerciales que persisten en segmentos más de nicho, especialmente en sectores cinéfilos cuya afición a la pantalla grande permanece inalterable…. siempre y cuando venga acompañada de la percepción de calidad artística, claro.

La sobreabundancia de estrenos algunas semanas (que se ha acercado a la delirante cifra de 20 cintas nuevas en cartelera) exige destacar bien los méritos de la propuesta para poder llamar la atención de este nicho potencialmente muy rentable, pero que debido a su tamaño más restringido, no podrá atender toda la oferta existente. Más aún si consideramos los retos que siguen planteando las plataformas de VOD, y así llegamos a nuestro último punto…

¿El estancamiento de las plataformas de streaming?

Tras unos años pandémicos de crecimiento exponencial de las plataformas de Video on Demand, y de una feroz pugna entre ellas por atraer suscriptores a base de nuevo contenido, parece que la fiebre ha disminuido y la realidad se ha impuesto: un modelo exclusivamente basado en la creación constante de nuevas producciones (la mayoría de las cuales pasa inevitablemente desapercibida) y la generación de ingresos a través de suscripciones, no es rentable ni sostenible.

La inserción de publicidad en muchas de las plataformas, sus esfuerzos por restringir el uso colectivo simultáneo de las cuentas (una práctica extendidísima) o incluso la sintomática retirada de muchos títulos por parte de Disney + para evitar el coste financiero y fiscal de los royalties, revelan las contraindicaciones de un modelo que se prometía hegemónico, pero que está destinado a convivir (esperemos que por mucho tiempo) con la exhibición tradicional.

‘Fast & Furious X’ (Universal)

Precisamente serán las condiciones y desequilibrios de esa convivencia los que marcarán el devenir de la industria en los próximos años.

Aunque las perspectivas de taquilla para 2024 no son halagüeñas debido a las consecuencias de las huelgas de guionistas y actores de Hollywood durante 2023, que ha retrasado numerosos proyectos, solamente hay una cosa clara: triunfarán aquellas películas que logren insuflar a la pantalla grande su magia única e inigualable, aquella que mueva a los espectadores a pagar su entrada para formar parte de los afortunados testigos del último acontecimiento cinematográfico y social.

No hace falta un nuevo ‘Barbenheimer’ de forma inmediata, nos conformamos con películas que logren transmitir su esencia y así atraer y conectar con su audiencia potencial.