Memorias de un caracol, la película de animación galardonada en Annecy, fue etalonada con DaVinci Resolve Studio por la colorista Deidre (Dee) McClelland, CSI.
Escrita y dirigida por Adam Elliot, conocido por esa obra maestra que es Mary and Max, Memorias de un caracol relata la historia de Grace, una coleccionista de caracoles inadaptada que trata de encontrar su camino en el mundo.
La producción se ha ganado el reconocimiento mundial, habiendo sido galardonada con el Cristal al mejor largometraje de animación en el Festival Internacional de Cine de Animación de Annecy en 2024 y habiendo recibido el premio a la mejor película en el Festival de Cine de Londres BFI.
El film logra, de manera brillante, hallar un equilibrio entre el humor superficial y temas más sombríos.
«Ya había trabajado con Adam en otras películas anteriormente, y fue un honor que me haya llamado nuevamente para ayudar a dar vida al asombroso mundo que ha creado», comentó McClelland.
El trabajo de DaVinci Resolve Studio con Memorias de un Caracol
La uniformidad era clave para gestionar la apariencia entre distintos departamentos. El estudio de postproducción Soundfirm coordinó el espacio cromático para garantizar la coherencia visual. Tuvo en consideración, además, hacerlo a medida que se intercambiaban tomas con los especialistas en efectos visuales contratados. Con actualizaciones constantes y una coordinación estrecha, la labor se ajustó al calendario de trabajo, a pesar de los inevitables cambios de último momento.
DaVinci Resolve Studio aportó valor a lo largo de todo el proyecto. «Si bien iba recibiendo actualizaciones de otros departamentos, el programa me brindó la posibilidad de continuar trabajando en el etalonaje sin interrupciones, lo cual ayudó a cumplir con el plazo», comentó la colorista.
«Desde nuestro DCP hasta las versiones HDR y SDR obtenidas con mapas de tonos Dolby Vision, Resolve facilitó cada una de las entregas», añade.
Un trabajo de McClelland en colaboración con Elliot y el director de fotografía, Gerald Thompson
McClelland trabajó junto con Elliot y el director de fotografía Gerald Thompson para hacer una puesta en común de la estética. Todo a fin de captar lo mejor posible tanto a los personajes peculiares como a sus entornos. «Hice un recorrido por el estudio que me permitió ver a los personajes y los objetos, y esto me ayudó a comprender el rumbo de la película, junto con un boceto conceptual exhaustivo y una paleta de colores específica para cada escena y lugar», explicó McClelland.
«Cada sitio traía asociado una paleta única. París, por ejemplo, se representó con tonalidades cálidas y nostálgicas, que se compusieron con un viñeteado con bordes suaves, el cual le aportó calidez con un matiz casi sepia, que contrastaba con los colores grises y apagados de Melbourne, los cuales reflejaban un estado de ánimo triste», manifestó.
«Las escenas románticas tenían una apariencia específica que se capturó con la cámara. Sin embargo, algunas de las tomas no tenían el filtro adecuado. Pude imitar esta estética con algunas de las herramientas de efectos ResolveFX de DaVinci. Utilizamos tanto las funciones de desenfoque y viñeteados con bordes suaves para conseguir una estética romántica, y a la vez, realzamos los elementos rojos en la toma haciendo un seguimiento y aplicamos superposiciones y distorsiones cromáticas» añadió.