Barcelona, 10 de marzo 2021 Oficinas de Filmin, plataforma de contenidos audiovisuales en linea. Creada en 2008 por Juan Carlos Tous, Jaume Ripoll y Jose Antonio de Luna, © Carmen Secanella

Jaume Ripoll: “Es un error considerar que el espectador que ve una película en salas de cine es mejor que uno que la ve en una plataforma”

abril 19, 2024
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Allá por 2007, cuando las grandes plataformas que hoy dominan el consumo de audiovisual todavía no eran más que un proyecto embrionario, nació Filmin. Un poco más adelante, en 2010, vendió la primera suscripción de cine en streaming, siendo la primera plataforma de video bajo demanda del país, convirtiéndose en pionera en ofrecer cine y series bajo demanda en un servicio de tarifa plana.

Casi quince años después, la plataforma está consolidada como un referente del sector, gracias a una selecta oferta encabezada por propuestas de autor e independientes, dentro de un catálogo en el que también tienen cabida los clásicos, series europeas de culto, documentales e incluso cine comercial. Repasamos la evolución de la compañía en los últimos años, su actualidad y los asuntos claves del segmento del streaming junto a su cofundador y director editorial. Por Miguel Varela

Jaume Ripoll © Carmen Secanella

Rubik: En general, 2023 fue un año sísmico para muchas plataformas. Incluso algunas de las principales, acometieron profundas reformas en su modelo de negocio. ¿Qué valoración haces del pasado año para Filmin?

Jaume Ripoll: La valoración es buena, para nosotros fue un año positivo y de crecimiento, tanto a nivel de facturación, suscripciones y visionados. Es cierto que a nivel global fue un año de importantes cambios a nivel global, pero en nuestro caso ha sido de asentamiento de las bases sentadas durante el 2022. Hemos realizado una gran campaña de marketing y llevado a cabo varias acciones que teníamos muy claras para recoger los frutos de todo lo sembrado el año anterior, que fue mucho.

Rubik: Recientemente habéis anunciado que Filmin subirá por primera vez los precios de suscripción por primera vez en 17 años. ¿Cuáles han sido los factores que os han conducido a tomar esta decisión?

J. R.: Hay diferentes elementos que nos han llevado a hacer este ajuste. Lo primero, quiero destacar precisamente eso, que llevábamos 17 años sin ajustar los precios a las subidas del mercado, en todo ese tiempo los hemos mantenido y los mantenemos en algunos casos. Pero desde nuestro nacimiento, los costes de todo tipo se han multiplicado, los costes de adquisición de los contenidos son más elevados, el IVA subió al 21%, los costes de producción también han crecido… y esa serie de condicionantes nos obligan a subir ligeramente los precios si queremos seguir siendo competitivos. Hemos subido la suscripción mensual, que entendíamos que era la más lógica, pero mantenemos el precio de la anual, con el objetivo de premiar al suscriptor más fiel.

Rubik: En una industria cada vez más esclava del algoritmo, ¿cuesta mantenerse fiel a una línea editorial muy concreta como es la de Filmin, sin sucumbir a la corriente general?

J. R.: El algoritmo te permite, cuando tienes una biblioteca de contenidos muy extensa, dar satisfacción a las expectativas del mayor número de personas posible, el algoritmo trabaja buscando el mínimo común denominador. El algoritmo es esa herramienta que te permite ofrecer directamente aquello que crees que le va a gustar al mayor número de personas, y al usuario, encontrarlo con facilidad. Que te gustan las comedias románticas, el algoritmo te recomienda las comedias románticas. Si prefieres las películas históricas, pues aquí tienes las películas históricas.

Nosotros obviamente tenemos una personalización a diferentes niveles. Por supuesto, si entras en Filmin sólo a ver documentales políticos, te destacaremos ese contenido sobre, por ejemplo, películas de animación infantiles. Entendemos que si en un momento le apetece ver una de estas, entrará a buscarla. Ahí hay un trabajo, digamos, algorítmico.

Pero luego hay otro nivel al que damos mucho peso que es la parte editorial. ¿Qué contenidos consideramos nosotros que van a ser interesantes para nuestros usuarios, que ya conocen el perfil de la plataforma? Tratamos de que la respuesta a esta pregunta tenga más relevancia que el algoritmo.

Rubik: ¿Cómo funciona vuestro sistema interno, para seleccionar contenidos acordes a vuestra línea editorial?

J. R.: Tenemos dedicado a ese proceso un comité de varias personas trabajando en conjunto y creo que eso es algo muy enriquecedor. Ese proceso conjunto genera una polifonía fundamental, porque a título individual hay muchas veces que vemos una película y no es el mejor momento, o lo que hemos leído o comentado sobre ella condiciona la percepción que podamos tener sobre el potencial de la película. Incluso, para la misma persona, esa percepción puede variar según el día en el que vea la película.

¿Qué nos lleva a seleccionar una u otra película? Son muchos los condicionantes, pero el principal es que consideremos que podemos ayudar a que ese título pueda encontrar a un determinado público o audiencia… o al revés, que consigamos que cierto tipo de audiencia se encuentre con ese título.

Autodefensa, original con sello Filmin fue destacada como “Mejor Serie de Formato Corto” en Series Mania



Rubik: Has comentado en alguna ocasión que no utilizáis internamente el término contenido, que es esa masa indeterminada que alimenta el negocio del streaming, ¿crees que ese respeto por el contenido es lo que hace que vuestros suscriptores sean tan fieles?

J. R.: Tenemos un gran respeto por las películas, cortometrajes, documentales… y eso implica tratar cada título como una obra individual y al espectador como espectador, no como masa. Ese es el punto de partida que permite llevar a cabo el trabajo que desarrollamos. De ahí parten nuestras iniciativas editoriales y también aquellas de desarrollo tecnológico que permitan al usuario tener una relación más afectiva con aquello que está viendo.

Rubik: Tras aquella etapa de absoluto boom para las plataformas que fue el confinamiento y los meses posteriores, hemos llegado a una especie de valle. ¿Cómo ha cambiado el sector en este tiempo y hacia dónde nos dirigimos?

J. R.: La manera en la que se produce ha cambiado la manera y los tiempos en los que se producen cine y series. También han cambiado mucho las expectativas que los espectadores tenemos sobre aquello que vamos a ver, tanto a nivel narrativo como técnico. Los estándares han subido, por tanto, también los costes… así que para que las plataformas sigan siendo rentables deben hacer inversiones millonarias y buscar mecanismos distintos, para poder ofrecer lo mismo de un modo más asequible.

¿Cuáles han sido? Subir los precios, limitar las cuentas, incluir publicidad y asociarse o fusionarse con nuevos compañeros de viaje. Esos son los procesos que han ido sucediendo estos años y, personalmente creo que todavía no hemos frenado, ese proceso todavía va a durar como mínimo un año y medio más.

Rubik: No podemos decir que la transparencia de las plataformas en cuanto a datos de audiencia y visualizaciones haya evolucionado de 0 a 100, pero sí que ha habido un cierto acercamiento a ofrecer algunos detalles. ¿Cuál es vuestra política al respecto?

J. R.: Hay algo que tenemos que considerar en este punto y tener claro que es definir lo que se considera un visionado doméstico. Tú puedes decir que Anatomía de una caída ha hecho tanta recaudación o que Barbie ha tenido equis millones de espectadores porque hay una unidad de medida clara que es la entrada de cine y lo que un espectador paga por ella. Yo voy al cine con mi pareja y compramos dos entradas, pero, ¿Y si vemos esa película los dos en una plataforma? Y si vemos cuatro veces la misma película, en días diferentes, ¿Es un espectador, son dos o son cuatro? Ese tipo de preguntas generan respuestas diferentes por parte de cada plataforma. Entonces, si no hay un criterio que unifique estas cuestiones, es muy complicado compartir datos, porque el lector, el analista, periodista o crítico no va a ser capaz de comparar los datos de una plataforma con otra, en tanto que los datos que ofrecen estas no tienen nada que ver unos con los otros. Antes de ofrecer datos, primero tendríamos que analizar y unificar una unidad de medida con la que todos estemos de acuerdo.

Rubik: Eres un usuario bastante activo de redes sociales. Cuando uno escribe Filmin en sus buscadores, los primeros resultados que obtiene son de usuarios recomendando la plataforma o títulos concretos a otros usuarios, ¿sentís que esa dinámica luego se traduce en resultados a nivel de visionados y nuevas suscripciones?

J. R.: Si nuestros usuarios no hubieran sido desde el principio nuestros mejores prescriptores, probablemente yo no estaría aquí hablando contigo de Filmin. Desde nuestros inicios, nuestros espectadores satisfechos han sido nuestra mejor estrategia de marketing, recomendando la plataforma a sus amigos o familiares, en redes sociales o regalando la suscripción. Y muchas ocasiones, hablamos de usuarios que no tienen un impacto popular como tal ni son figuras mediáticas, o que sí que lo son, pero que no lo han hecho a cambio de un dinero a cambio ni a través de publicidades pagadas. Y eso es un gran halago al trabajo que el equipo de Filmin está haciendo. Y cuando no hemos hecho algo bien, a nivel tecnológico, de negocio o general, también hemos sabido disculparnos.

Rubik: Precisamente en las redes se generó bastante debate tras la última edición de los Premios Goya, en los que se reivindicó con firmeza el cine en salas. Desde la perspectiva de una plataforma firmemente defensora de la cinematografía que se consume en el hogar, ¿cuál es tu postura?

J. R.: Creo que ese debate parte de una consideración errónea de que el espectador que ve una película en salas es mejor que el espectador que el que lo hace en una plataforma. Y es una percepción externa que uno puede tener, pero que se confirma con las exigencias del Ministerio de Cultura, que prima los espectadores en sala pero que no tiene en consideración a los que ven esas mismas películas en su casa. Y así perdemos de vista algunas cosas que son muy relevantes, como que no todos los espectadores tienen una sala de cine cerca de su casa, o que las tiene, pero que no proyectan lo que a él le gustaría ver. Hay un tipo de cine determinado que ha ido perdiendo espectadores y, en cierto modo, la única posibilidad de recuperarlos es a través de las plataformas.

Tampoco olvidemos que las plataformas participan en la financiación de muchas de esas películas cuyos responsables en las entregas de premios reniegan de las plataformas. Ya sea a través de la producción o en la financiación por medio de la compra de derechos. Porque las plataformas no sólo son Netflix, MAX, Filmin o Prime. Televisión Española, TV3 o Atresplayer, también son plataformas. Creo que habría que tener un poco más de consideración hacia todas esas plataformas que contribuyen a que las películas se rueden y, por consiguiente, a los clientes que confían su dinero y su tiempo a esas plataformas y no renegar de una parte de tu audiencia.

Rodaje de Selftape. A la izquierda, la directora Bárbara Farré y, a la derecha, Mireia Vilapuig (guionista, productora y protagonista). © Filmin

Rubik: En tiempos de pandemia, fuisteis grandes impulsores de los festivales híbridos o incluso íntegramente online, cuando estos no se podían celebrar físicamente debido a las restricciones. ¿Se mantiene esa comunión entre festivales y plataformas?

J. R.: Una vez superado el impacto de la pandemia, la industria ha vuelto al modelo antiguo. No se han entendido las ventajas que podía tener el modelo híbrido y se ha desandado el camino en la mayoría de los casos. Sí continúan algunos como Docs Barcelona, L’Alternativa o el Atlántida… pero en general ha habido una regresión.

Y es una pena. Porque eso suponía para creadores más pequeños o independientes, más allá de proyectar en el festival ante cincuenta personas o cien personas, llegar a un público potencial más alto, que puede llegar a esos contenidos sin conocer previamente a su creador. Y ese es uno de los principales problemas que tenemos hoy, alcanzar audiencia, no tenemos que negar opciones a nuevos canales de distribución y difusión que pueden ofrecer plataformas como Filmin. Y esto era una oportunidad para todos, no sólo para pequeños festivales que puedan abanderar nuevos formatos… para los grandes también.

Rubik: Las primeras incursiones de Filmin en el terreno de la producción de originals han tenido muy buena acogida. ¿Cuáles son las próximas novedades que llegarán en ese sentido?

J. R.: Estamos trabajando para estrenar a lo largo de este año una o dos producciones originales, pero a veces hay retrasos y yo soy partidario de anunciar las cosas cuando está todo bien cerrado. En todo caso creo que hemos compensado la incertidumbre de estos meses con otro tipo de acciones, por ejemplo, en Filmin estamos participando más que nunca en producciones nacionales, desde el principio del desarrollo. Desde Creatura, Las chicas están bien… también en películas que se estrenarán en 2024 como las nuevas de Jonás Trueba, Nacho Vigalondo…obras que están apoyadas por nosotros desde el principio.

Rubik: ¿Alguna incorporación próxima al catálogo que te haga especial ilusión anunciar?

J. R.: A pesar de que no sea una incorporación como tal, siempre me gusta poder anunciar las renovaciones de acuerdos con las multinacionales, para nosotros son un hito. Seguir pudiendo ofrecer año tras año a nuestros suscriptores las películas de Alfred Hitchcock o Woody Allen, grandes títulos como West Side Story, Cowboy de medianoche, o El cazador, puede parecer cotidiano pero tiene un coste elevado.

Negociar con las multinacionales es complejo, cambian de política interna año a año, por lo que poder seguir renovando en 2024 nuestros acuerdos con Universal, Metro-Goldwyn-Mayer o Sony es algo que me hace especialmente feliz.

A título individual podría destacar Sangre en los labios, una película muy potente con A24 detrás, un estreno ambicioso en Estados Unidos y protagonizado por Kristen Stewart en el mejor momento de su carrera.

Rubik: Se han abierto recientemente la convocatoria para participar en vuestro Atlántida Film Fest. ¿Qué novedades trae este año?

J. R.: En esta ocasión hemos apostado por una línea continuista… porque el Atlántida lleva prácticamente desde que nació siendo disruptivo. Seguirá siendo un festival híbrido de gran formato en el que se proyectarán más de sesenta películas en Mallorca, que se podrán ver durante un mes online también. Seremos más ambiciosos reforzando las líneas que teníamos de años anteriores, ofreceremos una programación cuidada, pero también arriesgada y que invite al debate. Tenemos el ejemplo del año pasado de Sueños y pan que fue una de las que ganó y ahora está viajando por muchos territorios y funcionando muy bien en festivales. Creo que ese es uno de los ejemplos de película que buscamos. O otra como Creatura, con la que clausuramos Atlántida… y también está teniendo un recorrido fantástico. Porque no sólo buscamos películas menos conocidas, sino también grandes títulos que puedan tener en Mallorca su primer espacio antes de llegar al resto de territorios.