Lucas Figueroa: “Me encanta la idea de poder llevar a las salas de cine con ‘El Streamer’ a ese público joven en busca de experiencias nuevas”

julio 10, 2024
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En la pasada edición del Festival de Málaga se dio a conocer un proyecto tan particular en su planteamiento como críptico por la poca información que ha trascendido sobre su narrativa: El Streamer, presentada como ‘la primera película de hiperficción española. Profundizamos en sus detalles de la mano de su creador, Lucas Figueroa. Por Miguel Varela.

Lucas Figueroa (izquierda) junto a Javi Pereira, actor protagonista del proyecto.

Rubik: Todavía no se saben muchos detalles sobre el proyecto de El Streamer más allá de su innovador concepto creativo… ¿podrías ampliar a nuestros lectores un poco la sinopsis?

Lucas Figueroa:
Es cierto que todavía no hemos dado mucha información al respecto porque entendemos que es uno de los atractivos del proyecto. Tenemos nueve películas dentro de una, cuanto más podamos guardar sus sorpresas, mejor. Tenemos a Javi Pereira, que es el protagonista, un streamer que se ve envuelto sin querer en una situación de la que no sabe cómo salir… y será el espectador el que le vaya dando las claves que necesita para avanzar. Ya sea porque dispone de esa información por adelantado o porque lo va descubriendo en las opciones que va eligiendo.

Rubik: Este proyecto ha sido presentado como ‘la primera película de hiperficción española’. ¿Qué significa este concepto para ti?

L. F.:
Este concepto nuevo parte de una forma de contar historias que ya tiene mucha historia. En los años 70 ya había libros de ‘elige tu propia aventura’. Lo que nosotros hacemos por primera vez es llevar este concepto a las salas comerciales de cine. Seguramente esto ya se le ha ocurrido a más gente antes, pero sí es la primera vez que tenemos el visto bueno de las salas de cine para aplicar este sistema.

Soy una persona muy inquieta, mi primera peli fue Viral que también tuvo mucho de experimentación e innovar a nivel comercial con branded content. Siempre busco la forma de hacer algo nuevo, y me encanta la idea de poder dar al espectador el poder de elegir por dónde va la película en una sala de cine. Especialmente, en este momento en el que las salas adolecen de público joven en busca de experiencias nuevas.

Rubik: ¿Desde un primer momento tuviste claro que era un proyecto para salas de cine? Teniendo en cuenta que, a nivel logístico, sería más sencillo plantearlo para un modelo de consumo individualizado.

L. F.:
El proyecto de El Streamer es multidimensional en su sentido más amplio, a nivel comercial. Tenemos muchas películas dentro de la misma, pero sus deliveries comerciales pueden ser películas tradicionales, sin posibilidad de elección.

Eso es muy interesante porque tienes ese primer experimento en salas de la elección colectiva de la historia a través del consenso. Luego, para plataformas VOD, existe la posibilidad de la selección individual de la historia, en tu propia casa, eligiendo las opciones a través de un menú como se ha hecho en algún proyecto previo de Netflix. Y también es posible que se termine viendo en televisión como una película tradicional, narrativamente lineal.

Rubik: Y en ese último caso, en el cual no eligiría el espectador… ¿quién lo habría hecho previamente?
L. F.: En ese caso, la decisión se tomaría en base a las conclusiones que saquemos de la fase promocional de la película. Es interesante la forma en la que podemos ir repensando el proyecto a medida que se va proyectando, a diferencia de una película tradicional, en la que el estreno es el final. Aquí podríamos emplear la metadata de las elecciones de todas las personas que hayan visto la película en salas, para quedarnos con una ‘película ganadora’ de entre las opciones más elegidas. Otra opción que valoramos es hacer concursos en redes sociales, a través de una votación entre los espectadores que hayan visto la película.

Rubik: ¿Cuál es la infraestructura que se necesitará para que los espectadores puedan tomar las decisiones en la sala de cine?

L. F.:
El sistema de elección es una patente de Mr. Monkey, hemos diseñado el software y el hardware. Nosotros le entregamos el sistema a los cines, está pensado para que se pueda reproducir a nivel mundial, no solo en España. Para la proyección en salas se utilizará un mando a distancia que no emite ningún tipo de luz ni sonido, con tres botones para elegir entre tres opciones. Si que tenemos una adaptación del sistema, para eventos de más de 2.000 personas al aire libre como en un cine de verano, para que los espectadores puedan votar a través del móvil.

En las salas los espectadores elegirán en tiempo real, la película no se detiene en ningún momento para que el espectador elija, sino que avanza constantemente en base a las decisiones del espectador, que debe estar atento para ir señalando el camino que quiere tomar, porque la imagen no se congela en ningún momento. Imagínate que el protagonista debe elegir entre tres puertas para escapar, mientras el actor está pensando qué puerta atravesar, qué herramienta utilizar para abrirla… aparece en pantalla un menú muy pequeñito con las opciones que se pueden elegir. Eso obliga al espectador a estar muy atento, con un resultado adrenalínico, que permite extraer conclusiones muy interesantes sobre los comportamientos de la audiencia frente a un mismo producto de entretenimiento cultural. Se produce una suerte de co-creación entre los productores de la obra y sus consumidores.

Rubik: ¿Ha suscitado el proyecto ya el interés de los exhibidores?

L. F.:
Sí. No te puedo adelantar ahora, pero la idea está generando mucho interés. Piensa que a los cines no les supone ninguna inversión hacer una proyección de este tipo, nosotros llevamos el material necesario de forma gratuita. Y es una experiencia nueva para las salas que creemos que va a ser muy atractiva para vender entradas. De hecho, yo voy a ceder la IP del software y de la forma de producir de forma gratuita, al estilo Open Source. Para producir un proyecto de estas características hay que hacerlo de un modo muy concreto, pues me parece interesante brindar una nueva oportunidad como esta al sector, empezando por las escuelas de cine y las nuevas generaciones de creadores de contenido

Rubik: ¿Cuánto metraje está previsto rodar? ¿Cómo se consigue rodar una película de estas características para que sea rentable y los gastos no se disparen?

L. F.:
Hay que rodar mucho contenido. No el equivalente a nueve películas… pero tal vez sí a cuatro. Entonces tienes que poner mucho cuidado en producir partiendo de una estructura narrativa muy específica, en seleccionar una buena localización y en ser muy cuidadoso haciendo el diagrama de la historia y seleccionando las ramas que se abren dentro de cada escena. Es importante que la estructura se vaya abriendo en su justa medida en base a las elecciones del espectador, para luego volver en algunos tramos a estructuras y lugares comunes que generan, al final, una estructura narrativa clásica, con su presentación, nudo y desenlace. Lo importante es tenerlo todo muy bien medido antes de comenzar a rodar.

Rubik: ¿Y en cuanto al presupuesto y el plan de rodaje? ¿Son los equivalentes a cuatro producciones individuales?

L. F.:
Es complicado hablar de presupuesto, porque El Streamer no es una única película, sino que nosotros hemos diseñado un set de diez películas… de las cuales este título es la primera. No te puedo detallar el presupuesto de este rodaje en concreto porque trabajamos con un plan bastante más ambicioso, que abarca el conjunto. Creemos que a la hora de innovar es importante hacer una diversificación del riesgo, por lo que dentro del set habrá películas más ambiciosas y otras un poco menos, para que el éxito del proyecto no recaiga en un único título, una estructura de slate a la americana.

En cuanto al plan de rodaje, obviamente hay que ajustarse y cambiar el chip con respecto a lo que todos entendemos que es una producción normal. Una película convencional de noventa minutos se puede rodar en ocho semanas. Pues aquí tienes que adaptarte para rodar cuatro en el mismo tiempo. Tienes que rodar más rápido, para que te de tiempo a tener más material, en la misma cantidad de tiempo.

Rubik: Entiendo que eso te exige un trabajo muy particular a nivel de dirección, para abreviar al máximo los tiempos de prevenir y rodar cada plano.

L. F:
Así es. Y no sólo en cuanto a los planos que eliges rodar, sino que te obliga a hacer un trabajo muy importante con los actores. Piensa que, ante una misma interacción con otro personaje, en función de la elección del público, el protagonista puede darle un puñetazo… o un abrazo. El trabajo actoral previo al rodaje que requiere es muy importante. Normalmente en la industria se suele trabajar por secuencias en función de las necesidades que requiere la producción. En este caso es diferente, ponemos la producción al servicio de las emociones y que tiene que vivir el actor de forma cronológica.

Más allá de toda la parafernalia de innovación que tiene el proyecto, esta concepción me parece enormemente atractiva como director, también a Javier Pereira, porque nos parece un modo de intentar llegar a una expresión artística muy pura, en la que cada situación te abre nuevas opciones de jugar de forma natural.

Rubik: ¿Qué plazos manejáis para tener el proyecto terminado y estrenar? ¿Con qué argumento llamarías la atención del espectador, para que se acerque a la sala más cercana que proyecte El Streamer?

L. F.:
El rodaje de la película y la entrega de deliveries tendrá lugar antes del cuarto trimestre del año… y la fecha de estreno vendrá dada por la de celebración de los Festivales que nos están trasladando su interés por proyectar la película.

El espectador que venga a las salas va a descubrir una nueva forma de ver cine, en la que tendrá la capacidad de jugar, de participar activamente de la película y descubrirá una nueva forma de ver cine
en comunidad.