Ayer se dio a conocer la preselección de 48 cortos para los Premios Goya 2026. Uno de los títulos que más ruido está haciendo dentro de la categoría de cortometraje de ficción es Ángulo muerto, trabajo dirigido por Cristian Beteta y protagonizado por Eva Llorach y Carlos Santos, que aborda temas tan delicados como el acoso escolar, la venganza y el duelo. En esta conversación con el cineasta nos cuenta cómo llegó el guion a sus manos, los retos de rodar toda la historia dentro de un coche y su sorprendente recorrido internacional, que lo ha llevado a competir por el Goya… y a la carrera por los Oscar. Por Miguel Varela

Rubik: ¿Cuál fue la génesis de Ángulo Muerto?
Cristian Beteta: El guion llegó por David Verdugo, que me contactó por redes. Había visto mis trabajos y quería que leyera un guion suyo porque pensaba que mi estilo podía encajar.
Lo leí y vi potencial, aunque al principio me asustaba la idea de pasar quince minutos dentro de un coche, encerrados, y conseguir que eso resultara entretenido y fluido. Aun así, me gustaba mucho de lo que hablaba el corto, aunque fuera un material sensible.
Me aventuré, le dije que sí y contactamos con La Dalia Films, que se encargó de producirlo. Era la primera vez que dirigía algo que no había escrito, así que intenté llevármelo a mi terreno, sentirlo desde mi propia experiencia. Yo también tengo un hijo, y aunque ahora es pequeño, sé que crecerá, y desgraciadamente el bullying es una realidad muy presente.
Rubik: El guion tiene varios giros de guion muy potentes. ¿Qué referencias manejaste?
C. B.: Sí, tenía muy claros dos giros que eran la base del corto. Narrativamente me recordaba un poco a El sexto sentido, porque todo está muy estructurado alrededor de esas sorpresas.
Y a nivel visual trabajé con mi director de fotografía inspirándonos en una secuencia de Mindhunter que transcurre dentro de un coche. Queríamos ese ambiente nublado, opresivo, con mal rollo, que ayudara a sostener la tensión.
Rubik: Uno de los aspectos más destacados del trabajo es su reparto. ¿Cómo fue el proceso de selección y el trabajo con ellos?
C. B.: Increíble. Siempre intento rodearme del mayor talento posible, porque eso facilita todo. Con Carlos Santos y Eva Llorach fue muy fácil: cuando algo está bien escrito y los actores entienden el personaje, las cosas fluyen. Aportan mucho, incluso cosas que tú no habías imaginado.
A Carlos lo conocí a través de Raúl Cerezo, productor ejecutivo del corto. Con Eva costó un poco más convencerla; le mandé el guion y al principio no estaba muy segura.
Pero cuando supo que Carlos entraba —ellos habían trabajado juntos como pareja en otra película— volvió a leerlo y me pidió ver mi trabajo anterior, Mi zona. Le gustó mucho y finalmente aceptó. Para mí fue un sueño, porque soy fan de Eva desde Diamond Flash. Me parece una actriz hipnótica, y trabajar con ella ha sido un lujo.

Rubik: El rodaje fue en Madrid, ¿verdad?
C. B.: Sí, rodamos en Madrid en solo dos días. Aunque parezca que no, un corto de quince minutos puede tener muchos planos, y fue todo bastante justo.
Pero estoy muy contento con cómo salió, porque era complicado. Hay gente que rueda cortos en seis días, pero nosotros lo logramos en dos.
Rubik: El corto trata temas muy delicados: bullying, venganza, suicidio… ¿Tuviste miedo de tocar fibras sensibles o de que el público reaccionara mal?
C. B.: Claro, es un corto muy arriesgado. Habla de bullying, venganza, culpa, duelo y suicidio; son temas muy sensibles y trascendentes. Además, toda la acción ocurre en un coche durante quince minutos, así que el riesgo era doble: temático y formal.
Yo quería hacerlo con respeto, sin ofender, pero sin perder verdad. Fue un reto enorme. A nivel personal estoy muy contento, porque siento que hemos sabido manejar ese equilibrio. Cuando acepté hacerlo, sabía que era un desafío muy grande… pero valía la pena.
Rubik: El corto tiene una escena muy violenta en su metraje, de las que a priori pueden cerrarte puertas en festivales generalistas. Sin embargo, ha funcionado muy bien en todo tipo de festivales, también en aquellos que ponen el foco en el terror.
C. B.: Sí, y me alegra mucho. Soy un amante del género y venía de hacer un corto más de terror. Es cierto que hay una escena muy violenta y sabíamos que podía generar dudas, pero los festivales se han atrevido a programarlo y la respuesta ha sido buenísima.

Rubik: ¿Cuántas selecciones y premios lleváis ya?
C. B.: Llevamos unas 70 selecciones y más de 20 premios. Hemos estado en más de 20 festivales calificadores de Goya, varios calificadores de Oscar como CINELEBU -entre más de 6.000 cortometrajes que participaron-, ganamos el Festival de Cine de Madrid (PNR)…
Además, estamos en la carrera a los Oscar, y nos ha contactado una agencia estadounidense muy potente, Joshua Jackson Agency, que el año pasado representó a un corto ganador del Oscar. Les ha encantado Ángulo muerto y quieren llevarlo, lo cual nos tiene abrumados e ilusionados.
Nunca imaginé que este proyecto, que empezó con un mensaje en redes, llegaría tan lejos.