Silvia Carvalho: “En ISII Group estamos buscando talento en mayúsculas y estamos dispuestos a apostar muy fuerte por financiarlo e impulsarlo”

octubre 29, 2025
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ISII Group nació hace poco más de un año con un objetivo claro: posicionarse como un gran grupo audiovisual en el que la apuesta por la inversión privada, el impulso de talento creativo diferencial, la innovación y la ambición internacional son sus principales señas de identidad. Conversamos con su CEO Silvia Carvalho sobre la intensa trayectoria de la entidad y sus planes a medio-largo plazo, su apuesta por el formato corto a través de la plataforma Divergente o su visión sobre las tendencias que definen el rumbo de la industria audiovisual. Por Miguel Varela.

Silvia Carvalho posa para Rubik

Rubik: Antes de adentrarnos en el primer año de vida de ISII Group, detengámonos un poco más atrás de su nacimiento. ¿Qué te impulsa a su creación?

Silvia Carvalho: Yo venía del mundo de la inversión privada. El audiovisual me llamó la atención ya que es uno de los principales sectores estratégicos a nivel mundial. Pero cuando quise entrar en la rueda, no me lo pusieron nada fácil. Y cuando fui accediendo, me encontré con una cadena de valor muy fragmentada, donde cada player va por su lado. La producción no se entiende con la distribución y el concepto de hacer una película para generar réditos ha desaparecido de su mente y sus objetivos. En definitiva, una situación que por definición, aleja a los inversores privados, que si entran es para buscar un retorno.

No obstante yo quise entrar porque tengo claro que el audiovisual como industria funciona, pero que es necesario un impulso de industrializar al sector al estilo de los grandes referentes: Hollywood y Bollywood. Pero lo primero, necesitaba que confiaran en mi. Y comencé por la fase de la que nace todo en la industria, los guiones. Ahí nació la maravillosa primera edición del concurso Break On Time, en el Círculo de Bellas Artes, con Kira Miró como madrina. Fue muy complicado porque en ese momento la mayoría de la gente no sabía de donde salíamos nosotros, que de repente no sólo íbamos a premiar un guion… sino que directamente queríamos comprar el guion ganador y producirlo.

Ese fue el comienzo de todo lo que vino después. El primer año produjimos 7 títulos y este 19, entre ellos 4 largometrajes entre los que destaca Trinidad, una producción muy ambiciosa con un presupuesto de 14 millones. Ahora abarcamos todos los formatos, desde series, largometrajes, animación, documental… todas las categorías.

Rubik: La semana que viene  celebraréis la segunda edición del concurso. ¿Qué novedades incluís con respecto a la primera?

S. C.: Sobre todo, hemos subido el nivel de exigencia. Para asegurarnos de que lleguen trabajos más pulidos, exigimos mínimo una tercera versión del guion. También pedimos que los guiones no vengan de laboratorios, porque entendemos que esa función ya está cubierta en el mercado, nosotros estamos al final de esa cadena. No hace falta que vengas al concurso con tu guion y luego te pases tres años levantando el presupuesto, nosotros tenemos la capacidad de financiarlo, así que si resultas ganador, vamos a por ello.

Hay una ambición mucho mayor, que queremos marcar. En esa línea, se han incorporado diferentes partners que proceden de toda la cadena de valor, desde la formación, empresas de servicios o exhibidores. Una decisión que se corresponde con nuestra propia identidad, ya que dentro de nuestro grupo tenemos distribuidora in house, línea de service, estudio de postproducción y laboratorio en Canarias, comunicación, PR, prensa… y la plataforma Divergente, una ventana única para el formato corto.

Esta segunda edición está pensada para demostrar a la industria de todo lo que somos capaces. Hemos invitado a descubrirlo de primera mano a profesionales de todos los segmentos, talento, industria, distribución… eso es lo que necesita la industria cinematográfica. Convergencia, que todos vayamos de la mano.

Rubik: El premio no puede ser más goloso y contundente. El guion que gane, será comprado y producido para su producción

S. C.: No queríamos que el premio fuera algo simbólico, palabrería. Queremos premiar la base de todo, el talento creativo, el guion, de la mejor forma que somos capaces: el que gane, será una realidad. Estamos hablando, por nuestra parte, de una inversión de millones de euros para que el proyecto salga adelante con todas las garantías. Es una declaración de intenciones, de que apostamos por el talento, por un modelo de inversión privada en proyectos potentes y de calidad. En ISII Group estamos buscando talento en mayúsculas y estamos dispuestos a apostar muy fuerte por impulsarlo. Es un mensaje que quiero dejar claro. Quiero encontrar ideas locas, diferentes, ambiciosas. Guiones de millones de euros, planteamientos fantásticos que a día de hoy no encuentro porque se implementa esa cultura desde la formación de “esa idea es una locura, nadie te la va a financiar”.

Nuestro planteamiento es el de generar grandes producciones que tengan una fuerte distribución internacional, proyectos que no existen a día de hoy. No hemos encontrado aún ese talento que venga con una idea tan ambiciosa que digamos: “Wow, tenemos algo increíble entre manos”. Ese es el tipo de creatividad que buscamos.

Trinidad es el proceso más ambicioso hasta la fecha de la compañía, con un presupuesto de 14 millones de euros © DeepComRoots

Rubik: Una propuesta que va en contra de la tendencia de la industria, donde cada vez se producen más películas con presupuestos más bajos. El año pasado, la media no llegó a los 3 millones

S. C.: Nosotros no pretendemos educar a nadie, pero sí plantear que existe y funciona otra forma de hacer cine. Una que busca impulsar un tipo de producciones enfocadas a que tienen que proyectarse, conocerse y distribuirse. En vez de hacer veinte proyectos de 2 millones cada uno -cosa que no juzgo negativamente, en absoluto-, también se pueden hacer dos películas de 20 millones cada una, de ambición internacional y con las máximas expectativas.

Desde que entré en la industria audiovisual hay algo que me ha pasado mucho. Me dicen “tienes que ver esto que ha hecho este director, te puede interesar”. Me pongo a buscarlo, miro las salas o plataformas donde podría estar esa película y no la encuentro por ninguna parte. A veces, sólo encuentro la ficha en IMDB. Yo soy de León y allí no llega nada. Igual se han hecho algunos pases en cines de Madrid o Barcelona… pero después de algún tiempo, no encuentras la película por ninguna parte, a veces ni siquiera se ha hecho comunicación de ella. Para mí eso va en contra de lo que tiene que ser la industria del cine. Esos proyectos en los que un creativo ha dicho “yo tengo un mensaje que contar al mundo”. Se ha hecho la película, se han invertido dos millones de euros… y hasta ahí la aventura, ese mensaje no ha llegado a nadie.

Tenemos que empezar a pensar el cine como un producto que cuesta mucho dinero realizar y que tiene que llegar al público y ser rentable.

Rubik: ¿Cuáles serían para ti las claves, en términos generales, para que las películas sean más rentables?

S. C.: Tenemos que guiarnos por una ley elemental que todos conocemos: la de la oferta y la demanda. Lo que no podemos es seguir trabajando el cine como hace veinte años y esperar que funcione de la misma manera. Hay más players, sobre todo, las plataformas. Las nuevas generaciones consumen de otra forma. Por encima de que tú puedas pensar en una estrategia de promoción, invertir en  P&A… tiene que haber siempre una visión internacional de tu proyecto, porque si no estás muy limitado. Y hay que tener claro e interiorizar que el público de hoy en día distingue entre la película que quiere ver en el cine y la que puede ver en su casa. Si tú haces una película que te podrías llevar perfectamente a una plataforma y la sacas a theatrical por prestigio o consideración, tienes que ser consciente de que el resultado económico lo lógico es que sea malo y no obtengas rendimiento. No podemos pensar como antes, es absurdo, los modelos han cambiado.

Rubik: ¿Crees en el potencial actual del cine en salas?

S. C.: Absolutamente. Creo en el cine en salas. Porque no conozco a nadie que me haya dicho nunca en mi vida “no me gusta ir al cine a ver una película”. Pero sí conozco gente que me dice “para esa película no me voy a mover de mi casa y pagar diez euros para ir a verla al cine”.  Ahí está una de las claves. Y otra es la homogenización de los contenidos. Es complicadísimo encontrar algo diferente, todo está producido en serie o es la quinta parte de la octava saga de… eso lo vemos todos. En general, en la industria global, la apuesta es no apostar, lo cual es una contradicción. ¡Se siguen líneas que ya fueron exitosas sin pensar que todo lo que funcionó en su momento fue una decisión arriesgada! Eso no quiere decir que todo aquel que arriesga gana. Pero sin riesgo, no hay ganancia.

Ahí aparece otro concepto fundamental que es la diversificación. Nadie tiene el amuleto de saber lo que va a triunfar seguro, se dedique a lo que se dedique. En lugar de repetir fórmulas, la estrategia para minimizar el riesgo debe ser diversificar. Levantar varios proyectos, que uno funcione mejor, otro peor, otro se rentabilice a los cuatro años en una ventana inesperada… y que entre unos y otros den como resultado final una ganancia. La diversificación es lo que debe contrarrestar el riesgo, no hacer contenidos iguales uno detrás de otro.

Rodaje de Tal vez © DeepComRoots

Rubik: Ese grado de diversificación que planteas implica un músculo para la inversión en diferentes proyectos del que no disponen todas las productoras en España. ¿Hasta qué punto es aplicable ese modelo para un productor que no tenga una gran dimensión?

S. C.: En España sucede que el productor es muchas veces el creativo que tiene la idea y se decide a impulsar el proyecto. Si te conviertes en esa figura, debes informarte hasta conocer bien cómo funciona el mundo financiero. Porque la falta de conocimientos te lleva a buscar siempre el riesgo más pequeño, por prevención. ‘¿Qué me han dado una subvención por X dinero? Pues hago la película con ese dinero y no más, aunque crea en mi idea, por no asumir más riesgos’. Incluso hay quien si no levanta con financiación pública todo el presupuesto del proyecto, se queda parado. Si se piensa así, es mejor no hacer una película.

Y también sucede que luego, después de afrontar una producción con esa mentalidad, se exige al distribuidor que asuma un riesgo muy importante, moviendo y promocionando una película que quizá ya falla desde su concepción. O se culpa al exhibidor de no programar este o aquel tipo de cine. ¿Cómo vamos a culpar a un player cuya permanencia en el mercado depende exclusivamente del impacto de las películas que programe y de la cantidad de entradas que consiga vender al público en unas pocas semanas. ¿Cómo no van a ser exigentes con las películas que programan? Nadie está pensando en el último eslabón de la cadena, ni siquiera en el intermediario que tiene a continuación.

En el universo financiero hay herramientas más que suficientes para minimizar el riesgo cuando se cree en el producto, pero echo de menos un interés real por dominar todas las facetas del negocio.

Rubik: Durante algunos años, la irrupción de las plataformas ha contribuido a minimizar los riesgos de la cadena de producción, ¿Cómo valoras la situación actual de este fenómeno?

S. C.: Hay un cambio de dinámica muy importante que está sucediendo ahora mismo: las plataformas están echando el freno de mano porque ahí ya no cabe más contenido. Su cuota de mercado se está estabilizando, no puede crecer más y, por tanto, el ritmo de producción está decreciendo. En mis reuniones con creativos, la mayoría vienen con la idea de hacer una serie. Y yo se la intento quitar de la cabeza porque las series sólo tienen una salida, que las compre una plataforma o una TV y eso va a ser cada vez más difícil, no cabe más contenido en el embudo. Si haces una película, tienes más ventanas por donde darle salida, lo cual te da cierta libertad para elegir una estrategia.

Era lógico en la época del COVID, cuando irrumpieron las plataformas, que sedujeran a todos los productores y que fueran todos hacia ahí. Pero hemos llegado a un punto de estabilización, las plataformas ya están partiendo los estrenos para buscar momentos de hype cada mes y convencer al porcentaje de indecisos de turno… y se acabó. Esa es la realidad ahora. Si luego los suscriptores ven los contenidos, les da igual. Eso va a provocar que empiecen a surgir cada vez más películas dirigidas a theatrical.

Rubik: Hablando de plataformas, la vuestra, Divergente, está de aniversario por estas fechas. ¿Cómo han sido los resultados de esta apuesta por una OTT enfocada al contenido en formato corto?

S. C.: Tenemos un millón y medio de usuarios, una cifra de la que estamos satisfechos. Ahora estamos muy enfocados en su desarrollo tecnológico, destinando recursos para el lanzamiento internacional de la plataforma. En términos generales, estamos en una fase temprana del proyecto, con todo lo que hemos invertido en su puesta en marcha, sería absurdo pensar que en el primer año y tan sólo en un mercado podríamos estar ya en un punto de equilibrio entre inversión y rentabilidad. Es un proyecto pensado a largo plazo, muy ambicioso, y el primer territorio donde planeamos un despliegue fuerte es LATAM, donde creemos que encajará tanto por el idioma como por el tipo de contenido que se puede encontrar en la plataforma.

Rodaje de Días de agosto © DeepComRoots

Rubik: ¿Consideráis dar cabida a largometrajes en algún momento? Por ejemplo, como ventana para vuestras producciones originales

S. C.: Sólo si se trata de cortometrajes. Nosotros tenemos una pata de producción, claro, pero el objetivo de Divergente no es dar ‘autobombo’ a nuestros proyectos originales a través de la plataforma. Contamos con las salas de cine como primera ventana, también con plataformas, televisiones, circuitos culturales… aprovechamos todas las ventanas nacionales e internacionales que nos ofrece el mercado.

La idea de Divergente nace en los Premios Fugaz del año pasado. Ahí veo todos esos cortometrajes llenos de talento y enorme calidad. Historias cortas, atractivas para el público, que no tienen una vía de distribución clara más allá de los festivales… Es un formato que me apasiona porque al ser más pequeños los presupuestos y el riesgo, el abanico de ideas y temáticas arriesgadas que te encuentras es impresionante. De ahí surgió la idea de Divergente, de la voluntad de ofrecer una ventana a esos contenidos, por eso va a seguir estando dirigida siempre al cortometraje.

Rubik: ¿Producir cortometrajes forma parte de vuestra línea de negocio para los próximos tiempos?

S. C.: Hemos producido mucho corto en el último año, trabajos de mucha calidad. Pero es cierto que creemos que podemos aportar mucho más al sector del cortometraje apoyando a otros productores más que produciéndolos nosotros. Potenciar proyectos a través de aportar ayudas en postproducción, colaborar económicamente, ofreciendo una ventana de distribución… creemos que somos más útiles a través de esas líneas que produciendo directamente nosotros.

Rubik: ¿Y qué me puedes contar de los largometrajes que habéis producido, cuáles son vuestros planes para su promoción y exhibición en los próximos meses?

S. C.: El año que viene tenemos cuatro largos que pasarán por festivales y salas: Auri, Días de Agosto, Tal vez y Trinidad, nuestro proyecto más ambicioso hasta la fecha. El plan de distribución por festivales -estamos presentando estos títulos a las principales convocatorias- y salas es muy importante. Vamos a darle el máximo cariño a esta fase para poner en valor todo el talento que tenemos.

Como grupo, el próximo año tenemos presencia confirmada en más de 30 grandes mercados, entre los que destacan Málaga, Berlín, Cannes, Venecia, San Sebastián, Mar de Plata, Guadalajara, Nueva York, Sundance, Toronto, Goa o Tokio.

Still de Auri © DeepComRoots

Rubik: Cerremos con una mirada al futuro. ¿Dónde ves a ISII Group de aquí a unos años?

S. C.: Cotizando en bolsa. La idea es que el grupo siga creciendo y siendo cada vez más grande, que entren nuevos players, que el equipo se amplíe. Nuestro grupo tiene muchas patas y cada una tiene su propio plan de crecimiento, pero todas tienen un objetivo común, que es una gran visión internacional. Apostamos por posicionar Divergente como una gran plataforma para el formato corto a nivel mundial. A nivel de distribución, queremos contar con varios socios en Francia, LATAM y Estados Unidos, a los que nosotros les pagaremos un fee fijo por el trabajo, pero arriesgando nosotros el P&A y la puesta en marcha del título, manteniendo el control de la distribución. Y a nivel de producción, quiero llegar a lanzar un proyecto de nueve cifras, al estilo de Hollywood, impulsar a España como el centro de la producción europea.